Una ventana en el asfixiante León de los años sesenta

‘Claraboya 1963-1968, diálogo poético y artístico entre generaciones’, que se inaugura en el Centro Leonés de Arte, supone una amplia retrospectiva con elementos documentales y artísticos sobre la aportación de la revista a la cultura leonesa y española

Joaquín Revuelta
11/09/2015
 Actualizado a 12/09/2019
Célebre retrato de Agustín Delgado realizado en 1966 y que forma parte de la exposición. | MANUEL MARTÍN
Célebre retrato de Agustín Delgado realizado en 1966 y que forma parte de la exposición. | MANUEL MARTÍN
El Centro Leonés de Arte acoge desde este viernes y hasta el próximo 11 de octubre la muestra ‘Claraboya 1963-1968, diálogo poético y artístico entre generaciones’, en la que se hace una amplia retrospectiva con elementos documentales y artísticos de la importante contribución de la revista Claraboya a la cultura leonesa y española.

La presentación de la exposición, que se inaugura a las 20:00 horas en el CLA, tuvo lugar este jueves en la sala Región del ILC con la presencia de su director, Adolfo Alonso Ares; del editor Héctor Escobar, que a través de Eolas ediciones se ha hecho cargo de la edición del catálogo que conmemora el 50 aniversario de la revista y que supone un perfecto complemento a la exposición, y Luis García, responsable del Departamento de arte y exposiciones del ILC, y el verdadero artífice de este proyecto.

Adolfo Alonso Ares fue el primero en tomar la palabra para señalar que la exposición que hoy se inaugura y todo lo que hay alrededor de Claraboya "es una demostración de que la vida intelectual no se desarrollaba en las grandes ciudades, como sigue quizá ocurriendo, y por eso es importante esta intrahistoria en la que se manifiesta esa referencia de Claraboya en el mundo intelectual leonés", destacó Ares, para quien Claraboya fue consecuencia de lo que hubo antes, que fue Espadaña, y entre ambas publicaciones se establece un vínculo al contar en cierta medida con los mismos partícipes.

Por su parte, el editor Héctor Escobar tuvo palabras de reconocimiento a la labor desarrollada por Luis García para hacer realidad la muestra ‘Claraboya 1963-1968, diálogo poético y artístico entre generaciones’, cuyo trabajo de investigación y documentación ha descubierto aspectos inéditos que se han incorporado a esta exposición.

Sin duda, quien más tiene que decir sobre la misma es Luis García, que comenzó su intervención reconociendo que el ILC lleva trabajando desde hace años de manera intensa en varios aspectos relacionados a la vinculación entre el fenómeno de las artes plásticas y la literatura. García puso el ejemplo del propio Centro Leonés de Arte, que nace como sede del legado de Díaz Caneja, "un gran intetectual que se vinculaba con todos los círculos creativos del momento", subrayó el responsable de arte y exposiciones del ILC.

En este sentido Luis García destacó que Claraboya fue la primera revista en León que utilizó ilustraciones con mayor calidad, cuidado y estética. "La parte correspondiente a la ilustración ya aparece claramente definida en los créditos del primer número de la revista, lo que me parece un hecho altamente significativo, porque ellos se definían como un equipo de trabajo y en ese equipo ya forma parte integral ese trío básico y fundamental formado por Javier Carvajal, Higinio del Valle y Antón Díez", señaló García, para quien Claraboya deja abierta la participación a otros artistas plásticos y en ese sentido hay obras de Manolo Jular que García tilda de "impresionantes".

La exposición se ha dividido en varios apartados. El primero tiene que ver con la parte más histórica y documental de Claraboya, donde a juicio de García es fundamental introducir a personajes muy relevantes pero a menudo olvidados como son José Eguiagaray, presidente de la Diputación, que permite la publicación de la revista atendiendo a la solicitud firmada por Antonio González de Lama, Bernardino Martínez Hernando y Mateo Díez, hijo de Florentino Díez, que era secretario de la Diputación Provincial.

Para Luis García este reconocimiento no resta protagonismo a cuatro poetas básicos y fundamentales, como son José Antonio Llamas, Agustín Delgado, Ángel Fierro y Luis Mateo Díez, que en su opinión constituyen la clave y el núcleo fundamental, pero que no puede olvidar a autores como Antonio Gamoneda, "porque sus aportaciones fueron fundamentales para abrir la ventana de Claraboya", o José Batlló, editor catalán que les va a poner en conexión con el territorio de los ‘novísimos’. "A pesar de que va a haber una batalla entre los posicionamientos teóricos de Agustín Delgado y los ‘novísimos’, éstos van a formar parte de la revista".

Un segundo apartado pretende generar el ambiente de la época en la que aparece Claraboya, un León oscuro, dormido, anquilosado, con un peso muy importante de la iglesia, como bien refleja una fotografía del obispo Almarcha, "un poder fáctico que en determinados momentos supuso aspectos negativos para la ciudad de León", una ciudad oscura y sórdida, como reflejan muy bien las pinturas de Jular o las piezas de Zurdo y Vargas.

El tercer apartado de la muestra se dedica a mostrar la influencia que Claraboya tiene en el territorio de la vinculación entre la plástica y la literatura y que se refleja en aportaciones de artistas como Amancio González, con la pieza que abre la muestra y que refleja a un hombre desnudo que se tapa la cara con un libro, o Alonso Ares.
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