Una vecina de Cistierna denuncia sentirse "desamparada" tras varios incidentes con un okupa

Una vecina de la localidad montañesa de Cistierna, Encarnación Fuente Martínez, asegura estar viviendo "un infierno" motivado por los constantes conflictos con un okupa. Los hechos se remontan, según indicó a este periódico, a unos tres años en los que ha vivido "agresiones, tanto yo como varios familiares, le echan de una casa y se mete en la cuadra, engancha la luz de las farolas y nadie hace nada". Siente impotencia por la situación, y es que tras varias denuncias «el juez le ampara». Ahora, espera al próximo juicio, que se celebrará el 26 de septiembre, con la esperanza de poder respirar tranquila.

"Vivo sola en un barrio, en la calle Cantil Alto, y pasan de todo, estoy desamparada totalmente, el Ayuntamiento tampoco hace nada". Una de las agresiones se saldó en marzo de 2017 «con un hachazo que me abrió la pleura y me partió varias costillas». Así lo acredita la documentación facilitada por esta vecina a La Nueva Crónica. El informe médico forense describe las lesiones de la agresión como "contusión/erosión en el ala nasal izquierda y traumatismo torácico con fractura en los arcos costales de 5º a 8º derechos". La asistencia médica consistió, según el citado informe, en "primera asistencia facultativa y tratamiento médico posterior consistente en inmovilización, reposo y fisioterapia respiratoria incentivada". Además, supusieron ocho días de hospitalización.

Por otro lado, y tal y como consta en el atestado de este episodio, en el lugar del suceso se incautó un "hacha sin marca con mango casero de madera de cerezo", mientras que en el informe fotográfico se indica junto a una fotografía "hacha encontrada en el lugar de los hechos, se puede apreciar resto de sangre en el suelo".

Estas agresiones que denuncia Encarnación Fuente Martínez, no son hechos aislados, ya que el mismo sujeto fue detenido en septiembre del año 2017 por amenazar a varias personas con un cuchillo de grandes dimensiones y agredir posteriormente a dos guardias civiles que trataban de identificarlo. Tras esta detención, fue puesto en libertad con cargos.
Desesperada, Encarnación asegura que "estoy viviendo un infierno", y este temor le ha llevado a tener que subir y bajar de casa acompañada, "pago a gente para que me acompañe". Ahora solo espera que la próxima celebración de un nuevo juicio a finales de este mes solucione por fin este problema con el que lleva viviendo años.