Una "total división" precipita la disolución de la ejecutiva de Vox en León

Una gestora dirigida por el presidente de la formación en la provincia, Carlos Portomeñe, guiará a la formación de extrema derecha los próximos meses

S. Jorge
07/02/2019
 Actualizado a 18/09/2019
El presidente nacional del partido, Santiago Abascal. | ICAL
El presidente nacional del partido, Santiago Abascal. | ICAL
Cuando la formación de extrema derecha Vox más apoyos estaba ganando en la provincia de León, llegan los problemas para el partido de Santiago Abascal. Según confirmó este jueves en un comunicado, «el Comité Ejecutivo Nacional de Vox ha nombrado una comisión gestora provincial para la provincia de León que sustituye en sus funciones al comité ejecutivo provincial». Esto supone que el único que continúa en la dirección es el presidente, Carlos Portomeñe, que continuará ahora como máximo responsable de este organismo temporal, que será el que dirija su acción política durante los próximos meses hasta que se convoquen elecciones internas.

De esta forma, Portomeñe estará acompañado por Virginia Sáenz de Miera como vicepresidenta, Elena Merino como secretaria y Óscar Ramos e Iván Franco como vocales. «Este nuevo equipo asume con gran ilusión la responsabilidad de llevar a Vox a afrontar con la mayor de las garantías los grandes retos que suponen las próximas elecciones municipales, autonómicas y europeas y a seguir ampliando nuestra presencia en la provincia de León», apuntó la formación en un comunicado.

Según explicó este jueves a este periódico el hasta ahora secretario del partido en León, José Carlos Rúa, la causa de esta disolución ha sido la «total división» que había en la ejecutiva local «desde noviembre», coincidiendo con el auge de Vox tras su acto multitudinario en Vistalegre. De hecho, ahora son 350 los militantes leoneses que tiene el partido. «Ha habido diferencias, y para no perjudicar al partido, decidimos presentar todos la dimisión, pero desde Madrid nos cesaron», apuntó Rúa, que precisó que la ejecutiva local solo podía disolverse cuando fuera el presidente, Carlos Portomeñe, el que dejara su cargo.

Por este motivo, el ya exsecretario aseguró que Madrid «lo ha elegido a él para presidir la gestora y así se ha decantado por uno de los dos bandos que había». Aunque Rúa aseguró que sigue siendo afiliado y «está a disposición del partido», sí que destacó que lo hace «con reservas», ya que estudiará «si se ha hecho bien el proceso» para expulsarle y también porque que cree que puede haber gente nueva que haya llegado «con el oscuro propósito de colocar a su gente».
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