Una tanqueta (de Leganitos) en el Ferral

Cuando Massiel visitó El Ferral, su campamento militar, ya había ganado Eurovisión, lo que convertía a la intérprete del ‘La, la, la’ en el mayor fenómeno social de la época. Su presencia entre los soldados fue un acontecimiento y no defraudó aquel torbellino al que llamaban ‘La tanqueta’ de Leganitos

Fulgencio Fernández
25/04/2022
 Actualizado a 25/04/2022
La tropa estaba entusiasmada con la presencia de Massiel, pero recuerda Fernando Rubio que los mandos no le iban a la zaga. | FERNANDO RUBIO
La tropa estaba entusiasmada con la presencia de Massiel, pero recuerda Fernando Rubio que los mandos no le iban a la zaga. | FERNANDO RUBIO
Si hubo un fenómeno social en la España de los 60 y 70 ése fue, sin duda, el Festival de Eurovisión, que sentaba a todo el país ante el televisor para seguir el escrutinio voto a voto y echar pestes de aquellos que no votaban al representante español. El único francés que se hizo de uso común fue aquella coletilla de «a la Espagne trois points»... La única televisión que había enviaba a los artistas más conocidos: Aurora Bautista, Julio Iglesias, Raphael (dos años seguidos), Mocedades... y en 19678, después de una recordada polémica con Joan Manuel Serrat porque quería cantar el tema elegido —‘La, la, la’— en catalán fue una jovencísima Massiel la elegida para defender el tema, en castellano, con toda la propaganda añadida que el hecho acarreó.

Y fue Massiel quien acabó con una de las más grandes frustraciones que arrastraban los ‘eurofans’ que, pese a los buenos resultados, no llegaba la victoria que, al fin, se produjo en aquel 1968 con una Massiel que fue traída ‘a la carrera’ de una gira por México y se impuso al gran  favorito, el representante británico, el famoso Cliff Richard, que con Congratulations.

Así la bautizada como ‘La Tanqueta de Leganitos’, por su carácter de rompe y rasga, se convirtió en una especie de heroína nacional, jaleada aquí y allá, paseada por todas partes...

Y fue el 27 de marzo de 1971, todavía en la cresta de la ola, cuando uno de esos paseos triunfales la trae hasta el campamento militar del Ferral del Bernesga, el CIR 12; miles de soldados enloquecidos con su presencia y Fernando Rubio, allí con su cámara, matiza: «El entusiasmo de reclutas y soldados, es decir de la tropa, era fácilmente descriptible, pero los mandos no les iban a la zaga. Fue muy divertido» recuerda de aquella presencia en la que no hizo falta acogerse a aquella coletilla de la época de «descuentos para soldados de tropa y jubilados, pues no tuvo que hacerse, ya que era gratis. El revuelo fue indescriptible cuando apareció Massiel, de todo el Centro de Instrucción de reclutas, desde los novatos a los ‘abuelos’ y resto de personal de tropa, suboficiales, oficiales, como el capitán Soto o el Coronel Inocente Vázquez Fernández Arroyo». Recuerda Rubio los nombres con tanta precisión pues cuando se produjo la visita él compaginaba su trabajo de fotógrafo con el periodo militar.

Le serviría, a buen seguro, para obtener algunos privilegios su condición de fotógrafo. No hay que olvidar que tanto Crémer como Pérez Herrero obtuvieron beneficios penitenciarios pues les escribían a sus manos cartas y poemas para sus novias...

Hay que reconocer que la presencia del Campamento del Ferral en León propicio visitas o estancias que difícilmente se producirían sin el CIR; por el que pasaron, por ejemplo, la Duquesa de Alba y Lola Flores, las dos a ver las Juras de Bandera de sus hijos. Cayetana vino en un frío noviembre de 1987 (ya no estaba Fernando Rubio) acompañada de sus hijos Carlos y Cayetano; y La Faraona quiso estar al lado se su fallecido hijo Antonio, en diciembre de 1982, también acompañada de su hija Lolita y su marido El Pescadilla.  

No fueron las únicas. También hicieron la mili en León gente como el cantante Manolo García, el  torero Ortega Cano, los futbolistas Quini y Paco Buyo y un largo etcétera... pero ninguno levantó el revuelo de aquella tanqueta... de Leganitos.
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