Una rogativa para bendecir los campos junto a la ermita de Barrio de la Tercia

Los vecinos del municipio montañés de Villamanín han celebrado un año más, tal y como manda la tradición el último domingo del mes de mayo, la rogativa de Barrio de la Tercia. Se trata de una arraigada rogativa que se desarrolla cada año en los alrededores de la pequeña ermita, ubicada en un alto. Dos caminos empinados llevan hasta esta ermita, construida frente a los restos del castillo de Arbolio, uno desde la localidad de Golpejar y otro desde la localidad de Barrio, y en su elevada campa se dan cita vecinos de toda la zona. La gran mayoría sube a pie, por el corto pero empinado camino, mientras otros acceden al lugar con todoterreno.Un año más, la primavera fue caprichosa y el cielo plomizo amenazaba agua. No en vano, la lluvia perdonó a los romeros, que pudieron salir con la imagen de la Virgen en procesión, precedidos de la tirada de cohetes y del tañer de las campanas volteadas literalmente a mano. Tras la procesión, un pequeño alto en el camino para bendecir los campos, esperando que un año más sean fuente de riqueza y abundancia. Hasta la bendición perdonó la lluvia, y es que en el momento en el que la procesión se trasladaba a la ermita para celebrar la misa, comenzaba una débil lluvia.

Los actos litúrgicos dieron paso, como ya es habitual en esta rogativa, al reparto de bollos preñaos y refrescos para los asistentes. Tras la rogativa de este domingo la ermita de Barrio de la Tercia espera ya a la siguiente celebración, que será ya el día de la Asunción, el próximo 15 de agosto.