Una planta pionera para refinar remolacha y maíz beneficiará a 600 agricultores leoneses

La compañía plantea obtener etanol y pienso en una planta en Barcial del Barco (Zamora) que estaría lista en 2017

Sergio Jorge
01/09/2015
 Actualizado a 19/09/2019
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La primera biorrefinería multifuncional de remolacha y maíz del mundo se empezará a construir en el primer semestre del próximo año en la localidad zamorana de Barcial del Barco, pero buena parte de los agricultores y ganaderos que trabajarán y se beneficiarán de esta iniciativa pionera serán del sur de la provincia leonesa.

De hecho, según las primeras estimaciones que ha elaborado la compañía suponen que cerca de mil profesionales podrían trabajar para esta planta: 400 agricultores de remolacha, 200 de maíz, 200 transportistas y 200 ganaderos. De ellos, el 60% podrían ser del sur de León, lo que se traduce en unos 600 beneficiarios de una de las iniciativas empresariales más importantes de los últimos tiempos en este territorio. Y a estos empleos se podrían sumar otros secundarios como los relacionados con la siembra de semillas, la hostelería, etc.

Se trata por tanto de un proyecto de gran envergadura que nace con una inversión de 140 millones de euros sin contar el circulante y el IVA y que pretende abarcar más de 6.000 hectáreas de remolacha y otras 14.000 de maíz, según explicó este martes el director de Magdala, Vicente Merino. Esto supone que se utilizarán 750.000 toneladas de remolacha y 200.000 de maíz al año.

El responsable de la compañía que lleva trabajando en esta idea «diez años», Magdala, detalló alguna de las claves de esta forma de negocio que espera llegar a cientos de agricultores y ganaderos del norte de Zamora y el sur de León. Una de ellas es que se va a trabajar todo el año, puesto que se complementan las temporadas de la remolacha con la de maíz. Pero además otro de los atractivos de este proyecto es que la biorrefinería servirá para convertir ambos cultivos en etanol y también en piensos, de ahí que se implique también a los ganaderos de las zonas a las que se quiere llegar, «70 kilómetros» a la redonda de la planta.

Las cifras producidas también serán elevadas, ya que se espera generar cada año entre 155.000 y 160.000 metros cúbicos de bioetanol y entre 105.000 y 110.000 toneladas de pienso.

«El proyecto cuenta con los terrenos, con la autorización ambiental integrada, que se ha obtenido este año, se han firmado acuerdos para el 100% de suministro de materia prima y también acuerdos para la venta del producto», detalló Merino, que también anunció que se han obtenido ya «tres patentes españolas» para desarrollar estos productos.

Podría generar mil empleos entre directos (unos 70 en la planta) e indirectos, tanto de agricultores como de ganaderos La planificación y el recorrido de este proyecto que se inició en 2006 ha permitido también que la compañía cuente con «tecnólogos que garantiza que el proyecto se haga con avales tecnológicos», así como «potenciales socios industriales para la construcción» de la planta, que si todo va según lo planificado, se iniciará en el primer semestre del próximo año y estará finalizada 20 meses después, es decir, a finales del año2017.

Magdala también ha previsto que el 70% de la inversión se garantice con el propio proyecto, mientras que el resto se está ahora «estructurando», de ahí que se espera que antes de fin de año se pueda contar con la financiación requerida. Por este motivo, Merino apuntó que se mantienen ya contactos con la Junta de Castilla y León para que articule ayudas a la producción de bioetanol y también a proyectos pioneros de esta dimensión provenientes de la Unión Europea.

Merino insistió en que este proyecto es «un modelo replicable». «En esta primera fase va a producir bioetanol, piensos y un excedente de energía que se venderá al mercado», pero en el futuro se van a abrir nuevas vías, como es «la producción de azúcar durante todo el año». «Tenemos firmados acuerdos con las universidades de León y Salamanca para el desarrollo de nuevas líneas de investigación para trabajar con microalgas y para producir bioproductos y aceites», añadió el director de Magdala, que según explicó, también se pretende construir en un medio-largo plazo una planta de biomasa para lograr así «trabajar sin dependencia del combustible».
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