Una pianista hipnotizante

Angela Hewitt repite este viernes en el Auditorio Ciudad de León junto a Quartetto di Cremona en el segundo concierto del X Festival de Música de Cámara ‘Fundación MonteLeón’. Una ocasión para no perdérsela

Joaquín Revuelta
06/12/2019
 Actualizado a 06/12/2019
La pianista canadiense Angela Hewitt repite este viernes en el Auditorio. | PETER HUNDERT
La pianista canadiense Angela Hewitt repite este viernes en el Auditorio. | PETER HUNDERT
En las nueve anteriores ediciones del Festival de Música de Cámara ‘Fundación MonteLeón’ ningún grupo ni artista invitado había protagonizado dos conciertos dentro de la misma convocatoria. Algo que va a suceder en esta décima edición por expreso deseo de su directora artística Carmen Mayo y dada la categoría profesional de los artistas participantes, el Quartetto di Cremona, que ya actuó en la edición de 2013, y la pianista canadiense Angela Hewitt, una de las mayores especialistas en Bach, que ha encontrado un hueco en su apretada agenda internacional para acercarse a León y deleitar a los melómanos con su virtuosismo al piano. Ayer lo demostró con su interpretación del Quinteto para piano en fa menos op 34 de Bach y este viernes volverá a hacerlo con Partita nº 1 en si bemol mayor, BWV 825, la Tocata en do menor, BWV 911 y el Concierto italiano en fa mayor, BWV 971 de Johann Sebastian Bach.

Este programa bachiano ocupará la segunda parte del concierto de este viernes en el Auditorio (19:30 horas con entradas a 15 euros la platea y el anfiteatro y 23 euros los palcos), cuya primera mitad volverá a tener el protagonismo de Quartetto di Cremona con la interpretación del Cuarteto de cuerda en mi bemol mayor, op 127.

La pianista canadiense ha despertado la admiración de la prensa especializada, dejando escrito el crítico Paul Driver en The Sunday Times con motivo del recital de Angela Hewitt en el Wigmore Hall de Londres en 2003: «La pianista canadiense es uno de los músicos hipnotizantes de la época. Te sientes fascinado ... Hubiera sido más exacto decir que me sentía flotando justo debajo del techo. Ella me parece la artista completa, dotada no solo con dedos que imprimen cada nota con una novedad esbelta y una mente que no se desvía por tal trabajo de precisión de dibujar tranquilamente la estructura más grande, sino también con la capacidad de transmitir una seriedad espiritual que, no obstante, no excluye un encanto absoluto».

No menos entusiasta se mostró el crítico de The New York Times, Bernard Holland, en su crónica de 2007. ««Un enlace instantáneo desde la cabeza y el corazón hasta la punta de los dedos. Lo que atrae al oyente de Angela Hewitt tiene que ver con el contacto. La mayoría de las interpretaciones de piano llegan en traducción: el músico interno toma una decisión, luego emite un comando que se abre paso a través del cuerpo hacia el teclado y hacia el oído. El proceso altera los resultados. La Sra. Hewitt es una de esos músicos raros que parecen tener algo en sus cabezas y corazones y lo encuentran instantáneamente al alcance de su mano. Para alimentar este salto debe requerir un fondo de energía psíquica más allá de la capacidad promedio. Los buenos músicos son buenos atletas, no en el sentido muscular sino en el poder de permanencia de su imaginación. La resolución de esta pianista de imbuir cada momento musical con un implacable sentido del teatro nos agotaría a la mayoría de nosotros en 10 minutos».

No dejen pasar la oportunidad de ver en acción a esta gran pianista. Una ocasión que no se presenta a menudo en una pequeña ciudad de provincias.
Lo más leído