Una persona "valiosa y de fiar"

07/01/2020
 Actualizado a 07/01/2020
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Ana Coto, diputada que dimitió y salvó los presupuestos en Asturias.| TWITTER
Ana Coto, diputada que dimitió y salvó los presupuestos en Asturias.| TWITTER
Antes de que las luces navideñas, por cierto, muy escasas en Ponferrada este año, vinieran a levantarnos la moral consumista, incitándonos a las compras y a las felicitaciones mediante odiosos «gifts». Antes de las copiosas comidas y las largas sobremesas de turrones y espumosos, de los belenes y luces en los balcones, de la felicidad fingida, antes de que la televisión nos golpeara con anuncios de colonias, me entretenía yo participando en algún foro de debate sobre la integridad y responsabilidad de los actuales políticos. En estos días de políticas y ríos revueltos, mi opinión era que el nivel de los políticos estaba por debajo de lo deseado, perfiles demasiados bajos para las responsabilidades que deben asumir.

El día 31 de diciembre cayó en mis manos un ejemplar de La Nueva España, edición de Gijón. Periódico decano de la prensa asturiana que suelo comprar cuando estoy por Asturias y que disfruto desde los editoriales hasta el crucigrama.
En primera página se leía: La única diputada que no cobraba, de Cs, salva los presupuestos y dimite. Revisé instintivamente la fecha del periódico por si era el ejemplar del día de los Santos Inocentes. Pero no, 31 de diciembre de 2019, 1,20€, papel reciclado etc.

Abrí ansioso por la página 15 y me lo leí ávidamente. Resulta que la diputada regional Doña Ana Coto rompió la disciplina de voto impuesta por la gestora interina nacional de su partido, Ciudadanos, exigiéndole el NO cuando se había pactado una abstención. Su explicación fue tan escueta como rotunda: «Para mi la palabra es fundamental, he querido mantener la coherencia». Salvó los presupuestos y se fue siguiendo los pasos de su mentor, el también dimitido Don Juan Vázquez, rector de la Universidad de Oviedo. Volvió a su cátedra de Biología Celular donde dirige un equipo de investigación al cualquiso defender económicamente renunciando ella a cobrar emolumentos de la Junta General.

De ella se pueden leer frases por distintos artículos del periódico como «el incómodo ejercicio de responsabilidad de una persona valiosa y de fiar». Su debate sobre la vuelta a Asturias de investigadores repartidos por toda Europa «resultó vivo, distinto y enriquecedor». No eran los presupuestos que ella hubiese preferido, pero eran los que su responsabilidad creía que debía aprobar. Enhorabuena Doña Ana.

Rectifico y pido perdón. A usted y a otros que como usted eligen la responsabilidad a la política. No todos los políticos son iguales. Para algunos su palabra equivale al apretón de manos con que se cerraban los tratos en las ferias entre las personasde ley. Todo esto me hizo reflexionar y me llevó a la llamada declaración de León, que exige una revisión de la autonomía castellano leonesa separando, Castilla de León. Y mira por dónde, me encuentro con un artículo de Francisco García al cual no tengo el gusto de conocer ni de leer, que desprende humor e inteligencia a raudales y que me veo obligado a compartir aquí.

Califica el autor esta declaración, como «el cuestionamiento por parte de la España despoblada, de que viajar en la albarda de la burra jamásacercará a las zonas pobresa la España que se conduce a otra velocidad».León, Zamora y Salamanca no se encuentran a gusto en el redil de Valladolid. Es evidente que el momento no puede ser más oportuno y además comprensible. ¿Alguien puede negarle a León el derecho a reclamar, apelando al origen del antiguo Reino de León, una autonomía leonesa?

Olé vuestros arrestos, políticos leoneses. Quien no llora no mama. Ahí tenemos el ejemplo de Teruel, Cantabria o Canarias, por no citar a Cataluña o País Vasco. No alcanzo a ver en qué y en cuánto nos beneficiaría o perjudicaría que León, Zamora y Salamanca se separen de Castilla, pero ustedes, a los que se les supone ser personas valiosas y de fiar, no cejen en su esfuerzo de bajarnos de la albarda de la burra y devolvernos a las calzadas romanas, a las carreteras bien asfaltadas, a los servicios médicos y las escuelas rurales, devolverle a las zonas despobladas y envejecidas el honor y la dignidad del antiguo Reino de León.

Apolinar Suárez es ex-trabajador minero y vecino de Ponferrada
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