Una persona singular dentro del espacio creativo del León de postguerra

El Centro Leonés de Arte acoge hasta el 20 de enero de 2019 una exposición dedicada a la figura de Luis Sáenz de la Calzada, que reúne 76 obras

J.R.
26/11/2018
 Actualizado a 17/09/2019
Los cuerpos desmembrados son característicos en la obra pictórica del artista leonés fallecido en 1994. | MAURICIO PEÑA
Los cuerpos desmembrados son característicos en la obra pictórica del artista leonés fallecido en 1994. | MAURICIO PEÑA
'Calzada. El Humanismo Renaciente’ es el título de la exposición que el pasado viernes se inauguró en el Centro Leonés de Arte (CLA) dedicada a la figura del médico, pintor, actor, profesor universitario, biólogo y escritor de variados géneros, Luis Sáenz de la Calzada (1912-1994), inauguración que contó con numeroso público y la presencia de miembros de la familia del artista, además del director del Departamento de Arte y Exposiciones del ILC, Luis García, y del comisario de la exposición, Adolfo Álvarez Barthe, autor asimismo de un libro que profundiza en la biografía de Sáenz de la Calzada, incorporando nuevos planteamientos y enfoques de su figura en relación con las conexiones con la vanguardia española, con la Institución Libre de Enseñanza, la residencia de Estudiantes, La Barraca, Alberto Sánchez o García Lorca, entre otros muchos intelectuales de la época.


De Chirico a Alberto Sánchez


Para Luis García, mucho podría hablarse de cómo destacó en tan diversos campos, pero Calzada dijo de sí mismo que su vida carecía de importancia y que se consideraba como "un simple eslabón, muy poco importante –tal vez necesario– en esta apasionante cadena vital que se iniciara hace cuatro mil millones de años".

Su obra –sostiene García– se encuentra dentro del territorio de la recuperación y construcción de la forma, a partir de la disolución de las formas planteadas por el cubismo, tomando su pintura dos enfoques muy característicos de la época, una vertiente que procede del mundo italiano clásico revisado, con derivas hacia la pintura metafísica de Georges de Chirico y por otro el territorio del neosurrealismo Picassiano y específicamente de Alberto Sánchez, si bien es cierto que la carga simbólica, crítica, e incluso la tensión expresionista surge con intensidad en muchas de sus obras de forma subyacente o explícita.

Sin duda, una muestra que nos facilitará una aproximación a una persona singular dentro del espacio creativo e intelectual de León en la postguerra española Por su parte, Adolfo Álvarez Barthe, comisario de la exposición, considera que la exhibición de su obra pictórica plantea algunos problemas. "En primer lugar, no es fácil determinar un itinerario cronológico, pues Calzada no databa sus obras, salvo aquellas que hacían de la fecha de ejecución la clave de la pieza. Tampoco disponemos de registros suficientes y solventes para establecer la diacronía de su trabajo. Así que hemos optado por una solución sincrónica, reagrupando lienzos, tablas y papeles alrededor de los temas que, durante su dilatada experiencia artística, no dejó de tratar: arlequines y ángeles como seres mediadores, animales que reflejen mitos y nos instruyan sobre la evolución convergente, ojos heterotópicos, seres durmientes, lo mistérico en la mujer, la máscara y el teatro, lo enigmático del círculo, los autorretratos como emblemas y la pervivencia del legado artístico de sus amigos fallecidos".

Para Luis García se trata de una muestra de gran interés para la cultura leonesa, que se encuadra perfectamente dentro de la vertiente de trabajo del Departamento de Arte y Exposiciones dedicada a la recuperación de artistas leoneses de relevancia en el ámbito de la pintura. "Sin duda, una muestra que nos facilitará una aproximación a una persona singular dentro del espacio creativo e intelectual de León en la postguerra española".
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