Una penitencia pasada por agua

Se temía que llegara la lluvia en la primera procesión de la Semana Santa de este año y no fallaron las previsiones. Porque fue salir la Virgen de Nuestra Señora del Mercado de la iglesia a la que da nombre y comenzar a caer agua. Primero de forma liviana, pero a ratos mucho más fuerte, lo que hizo que el recorrido se tuviera que acortar.

Y eso que había esperanzas de que la lluvia respetara a la Virgen, y con ella a toda la comitiva. Porque poco antes de las 20 horas apenas caían cuatro gotas. Fue a esa hora, en punto, cuando los braceros levantaron el paso con el trono, todavía dentro del templo, mientras decenas de personas cantaban el himno que desde hace decenas de años se dedica a la imagen.

Salía por tanto puntual por la puerta de la iglesia del Mercado, con las campanas redoblando como es costumbre y con poca luz ya y a buena temperatura, con decenas de personas apostadas junto a las paredes de la estrecha calle Herreros. Yfue entonces cuando la lluvia empezó a arreciar, por lo que el camino hacia el convento de las Carbajalas se hizo rápido y mirando al cielo, pidiendo que aflojara el agua, aunque poco se consiguió.

El himno de España indicaba el ritmo a una comitiva que entró en el templo muy pasada por agua, de ahí que el canto de la Salve Regina por parte de las monjas fuera el momento de recogimiento, de máxima fe, pero también de reflexión. Por eso, minutos después, se comunicó oficialmente que la procesión se acortaría para que la talla sufriera menos y con ella todos los braceros, manolas y corporación municipal, que hasta el momento habían soportado estoicamente las inclemencias del tiempo.

Por eso la imagen de la Dolorosa fue cubierta con plástico para que no sufriera más y, sobre todo, para evitar daños mayores. Una vez que la procesión retomó la marcha, ya se siguió el nuevo camino elegido con una lluvia que cada vez fue más fuerte. Juan de Arfe, plaza de San Martín, Zapaterías, Fernández Cadórniga y de nuevo la calle Herreros fueron los últimos tramos de la procesión de la Dolorosa, que fue llevada de nuevo a la iglesia del Mercado para poner punto final a una procesión deslucida por la inclemente lluvia.