Una pausa de reflexión

14 mujeres creadoras han pasado por esta serie de los caminos del arte en femenino; buen momento para la reflexión, para hacer una pausa y poner sobre la mesa algunas claves de estos artículos... y a seguir el camino

Mercedes G. Rojo
11/12/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Isabel Medarde en su proyecto ‘La espiral’. | DIVINA QUININA
Isabel Medarde en su proyecto ‘La espiral’. | DIVINA QUININA
"El rico panorama artístico que presentan las mujeres en el marco leonés hace necesario que se les devuelva el espacio que hasta ahora se nos ha venido negando en los medios y en la Historia" (MGR)

Hace algunos meses hacía un experimento con alumnado de Primaria, tratando de que identificasen a diferentes creadoras con sus respectivas disciplinas. La mayoría de aquellos nombres del panorama internacional resultaron ser tan desconocidos para el mismo como para gran parte del profesorado acompañante. Incluso se dio el caso de algún lector (las niñas sí lo tenían claro) sorprendido al descubrir que JK Rowling, autora de una saga tan mediática como Harry Potter, es mujer. Y si esto sucede con personajes de fama internacional imagínense que no podrá ocurrir con quienes se mueven a nuestro alrededor, las más de las veces sin trascender más allá de los círculos de influencia más próximos. Es por ello que secciones como ésta siguen siendo imprescindibles, y más cuando un panorama artístico como es el leonés, presenta tal riqueza en lo referido a las mujeres que es imposible no prestarle atención.

A la vista de algunos de los últimos acontecimientos culturales, pudiera parecer que la buena salud por la que pasa la creación femenina leonesa se extiende a su trascendencia social. Nos llegan los ecos de actrices como Ángeles Arias e Inés Diago y Ruth Oblanca, candidatas a su nominación como “actriz revelación” y “actriz de reparto” respectivamente,o de Aran Gaspar en la categoría de dirección artística, todas por su trabajo en la película 'Media hora (y un epílogo)'; los de Isabel Medarde, parte de Bambara Zinema, con proyectos de producción tan reconocidos como el corto La proeza,o la dirección de 'La espiral Maravillosa' proyecto premiado con la Beca Villalar de creación contemporánea; o de Ángeles Rodríguez protagonista de un innovador y arriesgado proyecto escénico que da vida a un Cervantes muy diferente. Tampoco podemos olvidar la retornada presencia de la pintora Teresa Gancedo, perteneciente a esa generación de leonesas nacidas antes de la llegada de la dictadura franquista, a la que pertenece junto a Castorina, Herminia de Lucas o Petra Hernández; o de Elena Santiago, coetánea de José María Merino, Aparicio o Mateo Díez, y cuyos ecos, a pesar de su amplísima y reconocida narrativa,son mucho más apagados que los de ellos. Sobre algunas ya hemos reflexionado, sobre otras lo haremos en breve.

Hace apenas unas semanas me llegaba la felicitación de un hombre por esta serie de artículos; una más, solo que esta vez venía acompañada de un “pero…”“¡qué lástima que solo hable de mujeres!”, un comentario al que llevo años enfrentándome. Sin ánimo de justificarme, y antes de retornar a dichas semblanza, quisiera compartir una reflexión al respecto de mi postura. Todos los seres humanos buscamos recorrer nuestros propios caminos en la vida,pero para transitarlos necesitamos saber que dichos caminos existen; porque no todos tenemos alma de descubridores y siempre resulta más fácil ir ensanchando senderos ya existentes (aunque sean pasos estrechos) para convertirlos en caminos por los que transitar libremente, que ponerse a la tarea –destinada a unos pocos- de abrir nuevos pasos.En esas circunstancias, quienes han tenido fácil transitar por esa infinitud de caminos han sido nuestros compañeros masculinos. Ellos siempre han sido conscientes de que no tiene por qué haber sendero que se les resista ya que la vida está llena de ejemplos que así se lo demuestran. No ocurre igual con las mujeres pues, aunque hemos estado presentes en todos los campos, ellas y sus circunstancias han permanecido silenciadas para el común de la humanidad privándose con ello a nuestras jóvenes de modelos en los que mirarse y que les muestren su presencia a lo largo de los tiempos, creando, descubriendo, aportando…, el ejemplo de que, a pesar de todo, también podemos llegar adonde nos propongamos.

León está lleno de mujeres que han hecho sus más o menos grandes aportaciones a la Historia pero las que han trascendido para mostrar al resto esos caminos posibles son todavía muy pocas. ¿No es justo descubrirlas y dotarlas del espacio que se han ganado a pulso, con un sobre esfuerzo añadido para salvar los escollos proporcionados por una sociedad patriarcal? Es en ese proceso en el que incluyo mi voz, una aportación más para despertar la curiosidad y el interés hacia ellas.

Me alegra saber que esa voz también está interesando a los hombres; porque es justo que las descubráis al igual que llevamos siglos haciéndolo al contrario. Dedicarles este espacio no significa robároslo a vosotros, solamente busca restablecer un equilibrio que nunca debió perderse y que, en una sociedad del siglo XXI, es más que de justicia. Por ello seguiremos buscando y… ¡encontrando! Espero que nos acompañéis en el camino.
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