Una leyenda sobre el albero

Bob Dylan tocó en la Plaza de Toros de León en el verano de 2004, si bien apenas levantó la cabeza del escenario y ni siquiera dejó que los fotógrafos accedieran

Jorge Alonso Macía
27/08/2022
 Actualizado a 27/08/2022
Bob Dylan llenó la Plaza de Toros, pero su paso por León fue tan invisible que ni permitió que los fotógrafos accedieran al recinto. | Mauricio Peña
Bob Dylan llenó la Plaza de Toros, pero su paso por León fue tan invisible que ni permitió que los fotógrafos accedieran al recinto. | Mauricio Peña
Seguramente Bob Dylan no sepa dónde esta León ni seguramente recuerde que una vez toco aquí. Sin embargo, los 8.000 leoneses que acudieron aquel 15 de julio a la Plaza de Toros, rebautizada ya entonces como León Arena, sí que guardan en un cachito de su memoria la noche que la leyenda de la música pisó el albero leonés.

Porque aún hoy suena extraño que una de las figuras más relevantes de la historia de la música popular hiciese un concierto en León. Sorprendió entonces la inclusión de la ciudad en la gira ‘Never ending tour’ que arrancó en 1988 y como su propio nombre indica, aún continúa a día de hoy cuando Dylan ha cumplido ya los 81 años. Un sueño hecho realidad que encontró la respuesta del público, cerca de agotar las entradas en el recinto dispuestos a disfrutar a un cantante y compositor sin igual además de ‘sufrir’ a un personaje también sin comparación.

Pasó como un fantasma por la ciudad Dylan, que llegó de madrugada, jugó al despiste con fans y prensa para salir puntual a su cita con el escenario y marcharse sin más hacia Santiago de Compostela, donde daría su siguiente concierto con motivo del Xacobeo. Poco se le pudo ver también durante el concierto, al que no permitió que accediera ningún fotógrafo y en el que no se dirigió ni en una sola ocasión al público ya no con la voz, sino prácticamente tampoco con una mirada fija en el escenario o en su banda, cuya presentación fue lo único que se salió del repertorio preparado.

Dylan pasó como un fantasma por la ciudad en una muestra de su carácterUna actitud que parecía responder más a un ensayo con testigos que a un concierto, una suerte de autómata que pasea por todo el mundo mostrando su genialidad sin importarle lo más mínimo la reacción del personal. Y eso que ésta fue inmejorable.

Porque más allá del personaje quedó encantado el público con la leyenda, especialmente en un bis en el que recogió algunos de sus temas más conocidos con ‘Forever young’, ‘Like a rolling stone’ y ‘All along the watchover’. Un perfecto final para el recital en el que el de Minnesota alternó temas clásicos con algunas de sus últimas creaciones en aquel momento, todo ello sorteando a la perfección la infraestructura que supone que el sonido del coso taurino no sea ni mucho menos el mejor. Una cita para recordar frotándose los ojos.

Como curiosidad, los teloneros del concierto fueron los zaragozanos Amaral, si bien la actuación fue prácticamente de Eva en solitario, ya que Juan sufrió una lesión que le impedía tocar la guitarra y apenas pudo tocar la armónica en el tramo final de la corta actuación que abrió la noche en León.
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