Una incidencia alimentaria en el comedor escolar de Toral moviliza a las familias

La presunta aparición de larvas en un plato ha hecho que las ausencias se incrementen y que exijan que se deje la línea fría/ La empresa cumplió el protocolo

Mar Iglesias
10/01/2019
 Actualizado a 18/09/2019
Imagen de la fachada del colegio de Toral donde se produjo el incidente. | L.N.C.
Imagen de la fachada del colegio de Toral donde se produjo el incidente. | L.N.C.
Los padres y madres de alumnos del colegio de Toral de los Vados comienzan a dejar de asistir al comedor después de que una incidencia alimenticia hiciera saltar las alarmas. Aunque apuntan que en los pasados meses había habido problemas con otros platos que tuvieron que ser retirados por no encontrarse en buen estado, la gota que colmó el vaso fue presunta aparición, según su relato, de gusanos en unas patatas a la riojana que se sirvieron el 17 de diciembre. Aunque el departamento de la Junta ha rechazado esa posibilidad y la empresa que ejecuta este servicio encargara un análisis, como determina el protocolo en estos casos, este «se realizó de forma visual», como determina su contenido, denuncian las familias, y no localiza ninguna larva en la comida.

Sin embargo, según el colectivo de los padres y madres, ese día, los niños usuarios del transporte escolar que va a la Barosa comentaron que habían localizado gusanos en la comida. Tras comentárselo a la encargada del mismo, esta se puso en contacto con la cuidadora del comedor, trabajadora de la empresa de catering, la que le negó esa realidad que determinaban los niños asegurando que era orégano procedente del chorizo que llevaban las patatas. Sin embargo, los niños de la mesa de los de mayor edad declararon que se les retiró el plato «pero no al resto a los que se les obligó a comerlo pese a asegurar que sabía mal», dicen las familias pese a que la empresa lo niega.

Con posterioridad, alguno de los niños, según sus padres y madres, comunicaron que habían padecido dolor de estómago. Eso hizo que, un día después, cuatro madres usuarias del comedorhablaran con la Dirección del centro dando cuenta del incidente, que advierte del mismo a la empresa concesionaria del servicio. Al tiempo, las madres, encabezadas por Isabel Potes, también concejala de Educación del Ayuntamiento de Toral de los Vados, enviaron un correo electrónico a la concesionaria del servicio verificando esa información «y ese día cuatro niños dejaron de asistir al comedor, uno de ellos por dolores estomacales», apuntan a este medio.

La empresa se puso en contacto con las familias que habían presentado su queja y les hizo llegar que se había solicitado un informe a la empresa Eurofins con el fin de que analizara esa comida, de la que siempre queda una muestra, para ver qué había de cierto.

El análisis de la comida, «visual»


Los padres y madres han sido pacientes antes de dar a conocer el problema detectado, a la espera de que la empresa, como se había comprometido, enviara los resultados del análisis de la comida, algo que se produjo el día 8 de enero. El informe de Eurofins, firmado por el veterinario y jefe de laboratorio, José Enrique Miranda determina que «efectuado el análisis visual de la muestra solo se ha encontrado la presencia de una textura vegetal de varios milímetros de longitud en las patatas a la riojana, pudiendo ser esta textura un trozo de especia, verdura…No se observa la presencia de ningún cuerpo ajeno al plato tipo parásito, insecto o presencia de espécimen con vida».

Potes lamenta que se haya esperado por un análisis que ha resultado efectuarse de manera visual, algo que consideran que no determinaría el buen estado de la muestra. La polémica ha hecho que se reactive la solicitud de acabar con la línea fría, que los padres y madres de alumnos consideran perjudicial para la salud de sus hijos y se pase a comedores con comida efectuada en el acto.

Para la concesionaria y la Junta se trata de «una falsa alarma»


Desde la empresa concesionaria del servicio de comedor son conscientes de la incidencia que consideran finalmente «una falsa alarma». Según la gerente de la empresa concesionaria, tras conocer las dudas de los padres con respecto a uno de los platos servidos el 17 de diciembre, se activó el protocolo determinado para este tipo de casos «enviamos a analizar las muestras que se guardan de cada menú que se realiza, y el veterinario determinó que no había nada».

Esa información fue trasladada al centro escolar y a la Dirección provincial de Educación, con lo que la concesionaria considera que el problema ha quedado resuelto. Achaca la gerente este tipo de problemas a que los padres «están muy sensibilizados» tras las informaciones surgidas con anteriores concesionarias, en las que sí hubo algún caso particular de mal estado de alimentos. Por eso, asegura que no es la primera vez en la que se presenta algún tipo de dudas sobre los alimentos, que siempre se han resuelto a su favor «también hay que tener en cuenta que trabajamos con niños y a veces, cuando no les gusta la comida…», insinúa.

La actual concesionaria defiende su cuidado en la alimentación para comedores «somos una empresa de León, que lleva 50 años trabajando en los comedores escolares y en la actualidad llevamos 47 colegios en los que nunca hemos tenido ningún problema». De hecho, destaca que el mismo día que se declaró la incidencia en el comedor de Toral no se registraron más quejas en otros centros «y el menú es el mismo. Se hace en las mismas cazuelas», justifica. Niega además que se hubiera obligado a ningún niño a comer el plato del que se habían quejado «se retiró y se sirvió otra cosa», aclara.

De todos modos, asegura que, por parte de la empresa que lleva el servicio se han seguido los pasos estipulados y no se ha localizado ninguna irregularidad «solo fueron dos niñas las que vieron algo raro, pero las cocineras y las cuidadoras comieron aquel menú y nadie tuvo problemas», dice. Incluso defiende la calidad de los menús invitando a conocer su empresa para analizar el proceso de línea fría que siguen.

La Junta da por bueno el protocolo


Desde la Delegación territorial de la Junta se asegura que desde el primer día en el que se conoció el problema, se contactó con la concesionaria y esta activó el protocolo de actuación avisando a una empresa externa para que realizara los análisis de las muestras de la comida. Eso se hizo y el informe no detectó ninguna larva ni deficiencia en un análisis visual efectuado con el que la delegación considera que el problema queda resuelto. «Los análisis dicen que no hay nada extraño y no hay ningún parte médico que pueda certificar que algún alumno se pusiera enfermo tras la comida», dicen fuentes de la administración territorial.

De todos modos, pese a que se sumen a que ha sido una falsa alarma y quieran tranquilizar a las familias, muchas de ellas han dejado de utilizar el comedor al inicio del curso tras las vacaciones de Navidad.
En estos primeros días, de 44 alumnos que suelen utilizar el servicio, lo han dejado 15y la justificación es su preocupación por este caso.

«Qué más tiene que pasar para que se tomen medidas»


Antes de que llegara el informe sobre la comida que desencadenó el problema, las madres y padres de los alumnos deciden notificar la incidencia a la Consejería de Educación, porque consideran que debe resolverse el cuanto antes.  En ese departamento se les informó de que el delegado de la Junta estaba de vacaciones fuera del país, pero «de malas maneras se nos dice que es imposible que eso hubiera sucedido y que no van a recoger ni una sola palabra de lo que estamos contando», relata la representante de las madres y padres de alumnos.

Así las cosas, deciden enviar un correo electrónico al delegado el mismo día, justo antes de las vacaciones de Navidad, en el que siete niños se ausentan del comedor.

Potes lamenta que «se está gastando dinero en una comida que no se consume porque los padres y madres están hartos de lo que está sucediendo».

Por eso han decidido tomar medidas y pedir a la Junta que evite la línea fría en este colegio «porque tiene cocina que posibilita hacer la comida en el propio centro». Esa petición se ha realizado formalmente en diversos escritos de hace dos años y piensan volver a subrayarlo al calor de este último capítulo.

Además, en los días en los que la agrupación de padres y madres estaba enfrascada con este suceso, la cadena de televisión nacional Cuatroemitió un reportaje de investigación sobre este tipo de comedores que hizo que enero comenzara sin niños de la parte rural utilizando este servicio.

En enero los padres y madres han vuelto a solicitar la intervención de la Junta, pero el delegado les ha pasado con el director provincial de Educación, que también está de vacaciones «y tenemos que solucionar este problema cuanto antes», piden.

Los padres y madres se preguntan «qué más tiene que pasar para que se solucione este problema» por lo que han decidido inclusoponerse en contacto con otros centros para examinar la posibilidad de realizar actuaciones conjuntas encaminadas a exigir que se rompa la línea fría como ya se procedió a solicitar, mediante manifestaciones por varios colegios bercianos en 2017.
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