Una historia escrita con treinta manos

Quince autores amateur escriben ‘Los pájaros no beben vino’ de forma encadenada durante la cuarentena

Europa Press
30/05/2020
 Actualizado a 30/05/2020
La periodista Thais Lozano es la impulsora de esta singular iniciativa.
La periodista Thais Lozano es la impulsora de esta singular iniciativa.
Quince autores amateur han escrito de forma encadenada durante la cuarentena por el coronavirus ‘Los pájaros no beben vino’, de manera que cada persona continuaba la historia que le llegaba del anterior autor.

El escritor que recibía la obra no sabía de quién la recibía, ni tenía pautas sobre cómo debía continuar la obra y no sabía quién iba a ser el siguiente participante.

«La idea surgió basada en la cantidad de tiempo libre que la gente –la mayoría en teletrabajo o en situación de Erte– tenía durante el confinamiento», ha explicado la periodista y autora de la idea, Thais Lozano.

La lista de escritores la completan Leticia Fernández, Raúl Fernández, Alba Mañanes, Vanessa Silva, Sandra Santos, Juan Pedro González, María Teresa Lescún, Jorge Velasco, Marta Cuervo, Esther Torres, Luís Pedreira, Nerea Villafañe, Alberto Villanueva y Miriam Soto.

«Se trata de una historia que además tiene mucho que ver con lo que estamos viviendo, escrita entre todos, que ha ido tomando forma a medida que ha ido pasando de pluma en pluma», ha afirmado Lozano, que ha sido la autora del primer capítulo y también la encargada de la edición y de la distribución a los siguientes escritores.

La escritora ha explicado que recibía cada capítulo y decidía a quién se lo reenviaba, «teniendo en cuenta quién es más imaginativo, quién más racional». «Siempre en función de lo que me parecía que la historia necesitaba en cada episodio», ha precisado.

Para la autora, lo «bonito» de esta iniciativa es que ella es «la única» que conoce a todos los participantes y «la única que sabía quién había escrito qué». «Los demás se portaron muy bien, respetaron las normas y escribieron en unas pocas horas y manteniendo su anonimato», ha dicho.

La obra cuenta la historia de Julia, una doctora que por la pérdida de una paciente sufre un shock en plena pandemia. Los demás personajes van surgiendo a medida que se escriben nuevos capítulos, son creados por unos autores y los siguientes inventan sus rasgos o su personalidad en base a lo que los anteriores dijeron de ellos.

Todo el argumento está «muy relacionado» con la crisis sanitaria y algunos personajes incluso se contagian del virus.

La intención de la autora es publicar la obra en papel y poder «hacerle un hueco» en las librerías, para lo que ya están en contacto con empresas editoriales.

El proyecto fue tomando forma a medida que los participantes, residentes en distintas provincias, se fueron sumando a la idea. Ninguno de ellos es escritor de profesión y «muchos ni siquiera habían pensado jamás en escribir».

«Hay pilotos, ingenieros aeronáuticos, informáticos, psicólogos, músicos, empleados de banca, profesores de educación infantil, actores... Lo más cercano a las letras son compañeras de carrera y de profesión, periodistas que han querido cambiar por unas horas su habitual forma de escribir, seria y contrastando hechos reales, con esta otra libertad de creación que te permite la narrativa», afirma.
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