Una historia en una imagen

Asier Vera no es graffitero, dice que solo sabe que pinta, sin más y que lo que «le pone» es el momento de enfrentarse a la idea de definir un mensaje en un lienzo con el que trasmitir

Mar Iglesias
20/07/2017
 Actualizado a 19/09/2019
Uno de los trabajos más queridos para Asier Vera es su primera fachada pintada, en el Consejo de la Juventud de Ponferrada. | A.V.
Uno de los trabajos más queridos para Asier Vera es su primera fachada pintada, en el Consejo de la Juventud de Ponferrada. | A.V.
"No hago graffiti, no escribo mi nombre, no hago muralismo, no hago decoración mural, rótulos ni soy pintor, no hago Street art, post graffiti o neo-graffiti, no hago exposiciones, arte urbano, no hago arte porque no soy un artista, yo solo se que pinto…». Así define Asier Vera lo que es su pasión y su oficio, un arte que conoció en Madrid y con el que ahora despunta en el Bierzo como uno de los grandes artistas y decorador de la ciudad.«Mi primer contacto con elgraffiti fue en el barrio de Madrid en el que me crié, La Ventilla, un barrio humilde en el norte de Madrid, cuna de grandes escritores de graffiti. Allí un día me di cuenta de que había gente que utilizaba las paredes para pintar su nombre, para expresarse...y así me enamoré de esta forma de vida», recuerda, pero hasta los 18 años no se topó de frente con los sprays «cuando mis padres dejaron de ser los responsables en el caso de que a su hijo menor lo pillasen pintando».

Asier empezó dibujando letras, composiciones sencillas «hacía piezas con mi nombre, mis muñecos…pero cuando salía a pintar con gente me daba cuenta de que la gente de la calle,los peatones,la gente que pasaba por allí se quedaba mirando más a los que hacían caras o realismos que a las letras,y yo lo que quería era eso,transmitir con lo quepinto». Así que, casi sin pensarlo, Vera estaba metido en los retratos «para poder contar una historia solamente con una imagen». La evolución le ha llevado a donde encaja hoy, en un estudio de su propio estilo como reto «ando investigando y probándome a mi mismo para ver hasta dónde puedo llegar», dice. Hoy no echa cuentas de las obras que ha firmado en las calles. La era digital ha dejado los inventarios fuera de juego y lo que le importa es el momento en el que se enfrenta a su creación «cuando doy el último trazo en la firma se me pasa y pienso que es otra más y ya estoy pensando en la siguiente», dice. Los ojos del retrato son su fuerte «en ellos está todo lo importante de una persona, si los ojos son capaces de atravesarte, de verte dentro, el resto da igual,por eso en este estilo mezclo eso con los trazos inacabados,con las veladuras y la suciedad que les pongo a las obras». Asier se queda con dos de sus trabajos «que guardo especial cariño», uno es la fachada del Consejo de la Juventud de Ponferrada, la primera fachada que pintó en Ponferrada y el mural del año pasado en el festival Artaerorap de La Bañeza «porque fueron tres días llenos de imprevistos que pude ir sorteando con mucha paciencia para al final acabar muy contento con el trabajo que hice».

Vera se reconoce en el arte urbano, que separa del graffiti «por lo que a mi se me conoce no es por el graffiti,se me conoce por los murales grandes que pinto o los encargos que hago, el graffiti es otra cosa. El graffiti es vandalismo,el graffiti es lo que a nadie le gusta,los tags, el bombardeo,los platas…». Ese arte, el urbano, en el que se enmarca considera que está en la brecha hoy y le ha ayudado a despegar con proyectos como Enjoy el Camino, una idea de decorar el Camino de Santiago de la mano de patrocinadores que vaya creando una estela de murales «es un intento de generar una galería de arte urbano que discurra paralela al Camino de Santiago,mediante la financiación de ayuntamientos y empresas privadas que por medio del street marketing quieran vender sus productos de una manera diferente». Del proyecto habla cada semana en la televisión local para, después, encerrarse a pintar cuadros. Es su deseo, y su trabajo soñado «me gustaría acabar pintando la Torre de La Rosaleda», dice. Por ahora, avanza sin metas «ni en la vida ni en el graffiti», dice. Lo que le gusta es disfrutar del día a día, «de la pelea constante del autónomo,de la familia…y superarme día a día en todos los aspectos de la vida y seguir aprendiendo».
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