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Una fiesta en tetas para abrir 2021

03/01/2021
 Actualizado a 03/01/2021
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Mi apreciado amigo Luis Alemany, canario y –sin embargo– hombre de moderación y orden, me viene cada año con la misma noticia cuando se acerca la noche de Reyes: centenares de jóvenes llevan tres, cuatro, cinco días de fiesta desde nochevieja, bailando y desafiando a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Descampados en Granada, ‘praos’ en Asturias, naves abandonadas en Levante... La ubicación es lo de menos, la historia es la de siempre.

Este año bromeaba con él con que se iba a quedar con su información favorita del año. Jajá, le oigo reírse desde aquí. Claro que no: 2021 ha traído la lata de galletas y ha empezado a repartir desde el primer momento. Las imágenes de la ‘rave’ de Llinars del Vallés son todo lo que podemos desear para tenernos hablando y haciendo ‘memes’ en un momento como éste. Porque si bien la historia es conocida, en este contexto tiene un componente tan ‘jarto’, como se dice en estos ambientes, que ya no sólo es una concentración de jóvenes a su ‘pedo’ (otra expresión bastante adecuada), sino que ya viene adobada con juicios de valor por la irresponsabilidad, los contagios y todo lo relacionado con el coronavirus.

Hay quien mueve la cabeza a derecha e izquierda con gesto negativo y semblante grave por lo que piensa que es una degradación de la humanidad ante momentos difíciles. Y hay quien lo mira todo a través del culo del vaso, con el vidrio deformante del esperpento y el surrealismo: la rapaza en tetas delante de los antidisturbios que iban a desalojar a los ‘raveros’, el comisario de los ‘mossos’ bajando de la ‘lechera’ para ‘dialogar’ con los asistentes, la excavadora presidiendo la ‘comitiva’ policial y, sobre todo, los perros por ahí campando a sus anchas. Una presencia, la de los cánidos, que evoca indefectiblemente otros acontecimientos similares, como el AntiSónar o el parking ‘techno-punk’ del FIB de Benicássim de hace 20 años. Porque la peña que se ve en las fotografías y vídeos (francesa, charnega o catalana ‘de tota la vida’, da igual) tiene bastante ‘mili’ fiestera a sus espaldas. «Veteranos de la kale borroka», como cantan Lendakaris Muertos. Así que aquí tampoco vale la demonización de la chavalería.

La situación, ya se sabe en estos casos y más aún en Cataluña, ha dado pie a coñas políticas. Lo que se suele decir, que la gente sólo discurre para lo malo y no para lo bueno: «No son capaces de controlar una ‘rave’ y pretendían controlar un territorio». Por lo pronto, los políticos de las administraciones de la zona (ERC y los restos de la Convergencia de Pujol) ya andan a la gresca por la depuración de responsabilidades. Oye, que quizá iba en serio el discurso éste de que irse de ‘rave’ es un acto político y destructor del orden imperante.
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