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Una fábrica de catarros

04/01/2015
 Actualizado a 19/09/2019
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Tengo a Santiago,El Pastor de Argovejo, emocionado y conmocionado por lo entrañable de estas fechas tan entrañables para El Corte Inglés. «Se me caen los mocos y no me los quito, sé que es un regalo del cielo, que a todos nos da lo que no necesitamos, a la hija de Botín billetes de 500 y a mi mocos, pero lo que importa es el detalle».

Se me ha enternecido como las cantineras antiguas cuando se perdía Chencho en la película de Nochebuena, La Gran Familia. Estos años de atrás aprovechaba el balance de fin de año deM&M (Mariano y Montoro) para mostrarse esquivo, para cizañar y cuando ellos nos prometían bienes miles él insistía en que «no hay más cojones, en esta tierra las únicas cosechas que no se pierden son las de topillos y las de cabrones, que crecen aunque no las riegues;son de secano y de regadío a la vez». Yen su desvarío argumentaba que había que hacer toriles en las ermitas porque produce mucho más un toro que un obispo, «incluso en lo espiritual».

Ya me temía lo peor¿En qué daría este año?, ¿le pondría a la pistola de matar ecologistas balas de matar, en general, sin reparar en culpas? La sorpresa es que no estaba alterado y decía que este año sí, que M&Meste año nos mandaban industrias para crear empleo:«Como se arregló lo de Antibióticos, para darle salida a la mercancía han aprobado para Argovejo una fábrica de catarros».
No sigo, que se me saltan las lágrimas.
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