13/05/2015
 Actualizado a 15/09/2019
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En los tiempos que corren, la Demoscopia debería ser considerada una profesión de riesgo. Y aún más después de ver lo ocurrido en las elecciones del pasado jueves en el Reino Unido.

La historia de estos días recuerda a lo sucedido en 1992, cuando las encuestas auguraban una victoria por parte del entonces líder laborista, Neil Kinnock, sobre John Major. Finalmente perdió con estrépito. En esta ocasión, los sondeos preveían unos resultados sumamente igualados, los conservadores de David Cameron han destrozado cualquier pronóstico obteniendo la mayoría absoluta.

La semana pasada se publicaron los datos de la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Estos muestran una victoria del PP en la mayoría de las comunidades autónomas, a excepción de Asturias y Extremadura. Lo mismo ocurre con las principales capitales españolas, salvo en Barcelona; donde ganaría Ada Colau.

Los números también señalan la estimación de voto para las próximas elecciones generales. Según estos, volvería a ganar el PP, aunque con un descanso de 19 puntos, y el PSOE recuperaría la segunda posición a algo más de un punto de los populares, pero cuatro por debajo de los últimos comicios.

En cuanto a las nuevas fuerzas políticas, Podemos pierde fuelle y se desploma siete puntos desde la última encuesta. Mientras que Ciudadanos sigue con un ritmo de subida que parece no tener techo. Por otro lado, Izquierda Unida continúa desinflándose igual que un globo y UPyD pasa a tener una presencia residual.

Muchos nos hemos quedado sorprendidos ante el hecho de que los dos grandes partidos continúen dominando el panorama político, especialmente en el caso de los populares, a los que tanto caso de corrupción no les afecta del modo que debería dictar el sentido común. El CIS tendrá mucho de ‘socio’, pero parece que poco de ‘lógico’.

Tras una sesuda reflexión y un minucioso estudio estadístico, he concluido que la explicación a las cifras ofrecidas en las encuestas la encontramos en una incontrolable sed de venganza por parte del ciudadano. Aunque siempre nos ha ido la marcha, definitivamente hemos perdido la inocencia y nos hemos vuelto unos vacilones. Vamos a ver si los volvemos locos, deben pensar muchos. Cadenas de WhatsApp para ver de quién nos cachondeamos esta vez. Que estos del PP piensen que van a volver a ganar o que los del PSOE crean que aún hay esperanza para ellos.

O hemos perdido la inocencia o no nos ha robado lo suficiente. Lamentablemente, me da que va a ser lo último.
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