Una de churros para desescalar

La emblemática churrería del barrio de Santa Ana volvió a registrar colas este domingo. Eso sí, guardando la distancia entre clientes

Víctor S. Vélez
11/05/2020
 Actualizado a 11/05/2020
Clientes haciendo cola a la espera de sus churros en la avenida José Aguado. | SAÚL ARÉN
Clientes haciendo cola a la espera de sus churros en la avenida José Aguado. | SAÚL ARÉN
Muchos autónomos y empresarios leoneses han tenido en lo que va de 2020 más días de descanso que en ningún otro año de su trayectoria profesional. No obstante, ha sido de una manera forzosa que nunca hubiesen deseado.

Uno de estos casos es el de la churrería de Santa Ana, una de las más emblemáticas de la ciudad de León y situada frente al primer número de la avenida José Aguado. Los hermanos González Martínez regentan, como antes hicieran sus padres y abuelos, este negocio que volvió a abrir al público el pasado lunes.

Después de unos primeros días "muy flojos", la afluencia de leoneses fue animándose a medida que transcurrió la semana. De hecho, este domingo se pudieron volver a ver las habituales colas de los domingos por la mañana frente a la Churrería Santa Ana. Eso sí, respetando la distancia de seguridad entre clientes durante la espera. "Ellos mismos guardan la distancia de seguridad y son responsables. A primera hora, la cola ha llegado hasta el segundo", explica Alberto González Martínez quien lleva el negocio junto a sus dos hermanos.

El domingo es "el día fuerte" de la semana para los churreros y es frecuente que la fila de clientes, tanto para desayunar como para la merienda, cruce el paso de cebra y se prolongue por buena parte de José Aguado. "En pleno invierno llega a haber colas de 50 o 60 personas. Si tuvieran que mantener la distancia de ahora la fila bajaría casi hasta La Lastra", bromea Alberto.

Aunque el de este domingo fue "con mucha diferencia" el día más animado de toda la semana, todavía queda tiempo para regresar a esas largas colas. "Poco a poco. En esta calle la gente ha pasado mucho frío esperando por sus churros. Así ha sido durante muchos años. Nosotros agradecidos de ello y ojalá pueda seguir siendo así", valora el churrero.

Normalmente, a estas alturas del año ya no atienden los domingos a la hora de merendar. Sin embargo, en el la lluviosa tarde de este domingo probaron suerte. "Abriremos por si alguno quiere animarse merendando unos churros", comenta.

Además de la separación de la fila, este domingo en la Churrería Santa Ana también fue diferente porque no se formaron los habituales corrillos de clientes tomando el orujo. "No queremos que haya gente arremolinada y, a quienes nos lo pide, les explicamos que todavía no está permitido", manifiesta Alberto.

A la espera de los bares


Este negocio, como otros muchos, depende también de la hostelería. Los hermanos González Martínez continúan a la espera de que regresen los desayunos a los bares de León que ofrecen churros de Santa Ana a su clientela. "Ahora mismo esos repartos están todos parados, lógicamente. Dependemos de que las cafeterías se decidan a abrir y a seguir comprando churros", valora el churrero.

Por el momento, en esta primera semana el volumen de negocio ha bajado "un 60 o 70 por ciento". Pero, a pesar de ello, los churreros de Santa Ana no pierden la cercanía con sus parroquianos habituales. "Los compran y se los llevan para casa, pero nos hacen las típicas preguntas de que si ya volvemos a la normalidad. Hablamos con ellos de una situación que es nueva tanto para ellos como para nosotros", asegura Alberto.

Desde el año 1953


La del barrio de Santa Ana es indiscutiblemente una de las churerrías con mayor solera de la capital. El establecimiento comenzó su andadura en el año 1953, bajo unos portales anexos a la iglesia homónima, y en 1964 se mudó a la actual caseta en la calle de enfrente.

Es la primera vez, a lo largo de las tres generaciones que han mantenido este negocio familiar, que han cerrado tanto tiempo al público. "Siempre cerramos en agosto por vacaciones, pero ningún otro día del año. Como mucho, no poder llevar churros a las cafeterías si había grandes nevadas", relata Alberto.

Según los expertos, a los leoneses todavía les queda mucha desescalada por delante en las próximas semanas. Eso sí, gracias a la energía que les aportan sus desayunos con churros seguro que es fácil terminar de derrotar al coronavirus.
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