Una cueva en Picos

Vicente García propone una visita a la Cueva de Santibañas, un empinado camino de seis kilómetros de ida y vuelta en el que disfrutar de Picos de Europa en todo su esplendor

Vicente García
02/09/2018
 Actualizado a 19/09/2019
La cueva de Picos de Europa. | VICENTE GARCÍA
La cueva de Picos de Europa. | VICENTE GARCÍA
Es hermoso caminar de nuevo por Valdeón, donde tanto hemos vivido y tanto ha cambiado. Las carreteras que hace tiempo eran casi impracticables, los caminos, veredas, canales y sedos que hacen que la verticalidad de las cumbres disponga de accesos, los pueblos, las casas y ese miniembalse...

Siguiendo hacia Caín se pasa por Corona o por el Chorco. Había, en el camino de la Farfada otra cueva, la del Moro, donde también estuvimos. Estaba llena de barro y con accesos resbaladizos y sucios, aunque con la natural suciedad de la tierra y el barro. Pero ahora vamos a Caín, no a caminar por la senda del Cares, que está más concurrida que la romería de Corona, tanta gente va a eso que la dicen el Paraíso de los viajes. No se habla para nada de la gente que murió a principios del siglo XX, recién descubierta la dinamita, por no controlar las mechas ni las explosiones. Algo si se habla del camino para vigilar el canal, una auténtica ruta aérea. Porque el que ahora se utiliza fue el primitivo canal que llevaba el agua a Camarmeña, desde donde se despeña en tuberías hasta la central de Poncebos para generar electricidad. En los años cuarenta hicieron el canal actual que va durante gran parte de su recorrido por el interior de las peñas, y el canal inicial quedó como camino paralelo y con el tiempo se ha convertido en senda turística. Pero vamos a lo que vamos.

Antes de llegar a Caín por la carretera hay que cruzar un puente sobre el arroyo de la Jarda, que en junio baja a borbotones desde la mitad del monte, un capricho de la naturaleza. El resto del año está seca. La carretera se ha abierto sobre la roca, algo que antes no existía y había que subir a la collada y bajar por el camino de la Jarda, cruzarla y después bajar a Caín, antes del Puente Grande.


La actividad clásica para la mayoría de las personas es caminar por la Garganta del Cares, nosotros haremos un tramo si nos da tiempo, que los días son largos y el camino a la cueva es corto, aunque empinado. Por ahora vamos a subir a la cueva de Santibañas, una rutina de solo 6 kilómetros, aunque muy empinada, pues se suben más de 500 metros en los tres kilómetros de ida y otros tantos en los de vuelta. Está muy bien señalizada por el Parque como PR PNPR 13.

La cueva


Una vez en el pueblo y descansados subimos al bar de Víctor y desde allí tomamos un sendero que nos llevará a la Cueva de Santibañas o cueva del queso, explicada en un cartel en Caín como Pequeño Recorrido del Parque Nacional de Picos de Europa número 13 PR-PNPE 13. El camino es estrecho y siempre cuesta arriba, pero muy entretenido, va bordeando la montaña por enfrente de la Jarda, y tras una larga travesía, gira a la derecha para enfrentar una canal con alguna que otra encina y superada ésta se llega a un cruce, a la izquierda se sigue hacia Santibañas, a la derecha a Caín de Arriba. Seguimos hacia la cueva, la cuesta se hace más fuerte y tras unos buenos repechos se alcanza la entrada, escondida entre la arboleda que hay en la unión de la roca y la tierra.

Tras esa buena subida se entra en la cueva, para lo que se van a necesitar algunas linternas, nosotros venimos preparados y se baja con facilidad. Al poco se ven espacios rodeados de piedras y con baldas donde se mantenía el queso para su curación en este ambiente húmedo y sombrío.

Las paredes de lacueva se ven negras. Es hollín que se fue acumulando en una época en la que se pensó que el mejor modo para iluminar la cueva era quemar neumáticos, tocar esas paredes es embadurnarse de una capa negruzca y pringosa, nada buena, pero es lo que hay.

Las cueva tiene varios niveles según se va descendiendo y en todos ellos hay espacios preparados de diferentes personas como apartados familiares de los vecinos de Caín.

Para bajar se vuelve por la misma senda hasta el punto en que se comenzó a subir tras pasar la riega, la zona de Calabredo y desde ese punto bajar por una senda señalizada a Caín de Arriba y desde Caín de Arriba se puede bajar por el amplio y largo camino normal, o por el sedo, más aéreo y más rápido , nosotros preferimos bajar por el sedo que tiene unas hermosas vistas hacia Caín de Abajo, aunque en época de deshielo la bajada por el caminos tiene el aliciente de las cascadas repletas de agua que bajan desde la parte alta de las montañas.

Llegados de nuevo a Caín solo resta dar una vuelta por sus calles, tomar algo en sus bares, si se quiere dar una vuelta por la Garganta del Cares, y volver.
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