Una cita para los lectores cómplices de Antonio Pereira

Un congreso reunirá los días 2, 3 y 4 de abril a especialistas en torno a la figura de Antonio Pereira en la Fundación Sierra-Pambley, cuyas sesiones serán de asistencia libre y gratuita

Raquel de la Varga
30/03/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Pereira en una imagen que fue tomada en el Parador de Villafranca. | ICAL
Pereira en una imagen que fue tomada en el Parador de Villafranca. | ICAL
En 1992, José Luis Martín Nogales, uno de esos teóricos y a la vez creadores que más saben sobre cuento español de las últimas décadas, dedicaba un capítulo en la revista Lucanor a Pereira. Ya entonces se preguntaba cómo era posible que la irrefutable calidad de sus cuentos no le hubiera valido un espacio en las antologías y manuales de literatura española contemporánea. Más de 25 años después podemos decir que el nombre de Antonio Pereira es ya un clásico indiscutible del cuento español del siglo XX, y sin embargo, aún quedan cuentas pendientes.

La próxima semana, durante los días 2, 3 y 4 de abril se saldará una de ellas: un congreso internacional que tendrá como sede la Fundación Sierra-Pambley reunirá a investigadores del ámbito nacional e internacional para debatir en torno a las claves de su obra, así como para dirigir el foco hacia aspectos aún sin tratar. Esta iniciativa parte del departamento de Teoría de la Literatura de la Universidad de León y está amparado por la Fundación Antonio Pereira, con sede en la misma institución, cuya labor está dedicada a la conservación de la obra del autor y su difusión.

Como maestro de la brevedad y la intensidad como pocos narradores han conseguido en nuestra lengua, Antonio Pereira condensa en sus cuentos un universo de personajes tan cotidianos como asombrosos, con una mirada diferente hacia al mundo que analiza y del que sabe sacar la quintaesencia, creando un espacio tan reconocible para nosotros como es el Noroeste, real, mítico y universal al mismo tiempo. En esos cuentos, como minas de diamantes, siguen quedando indicios y rincones por explorar, elementos que merecen ser replanteados de nuevo con la perspectiva del tiempo para descubrir lo esencial que hay en Pereira.

'Entre la seda y el hierro', antología que con su nombre resume la poética de su obra, ha sido el rótulo elegido para el congreso. Después de todo, la herencia familiar en parte inmaterial heredada del negocio de la fragua y la ferretería conforman el carácter apegado a un supuesto localismo entremezclado con un conocimiento exhaustivo de la literatura universal y el sentimiento poético, simbolizado por la seda, que siempre se han fundido en su identidad literaria.

El mismo Martín Nogales junto a Alfredo Saldaña, refutados especialistas a nivel nacional sobre cuento contemporáneo en español, nos acercarán la tarde del día 2 a las claves de la obra Pereiriana, así como a su contexto literario. Esa misma tarde, el congreso servirá también como marco para la presentación del libro Antonio Pereira y 23 lectores cómplices, que acaba de ver la luz en el sello leonés Eolas con su edición a cargo de Ángeles Encinar y Natalia Álvarez, y que tendrá en su presentación un padrino de lujo: José María Merino.
Antonio Pereira, que siempre prefirió trabajar en un estilo personal por encima de intereses editoriales, y que a la vez fue un incansable buscador de lectores cómplices dispuestos a entrar de lleno en su juego narrativo, cuenta hoy con una importante nómina de admiradores entre narradores y poetas de primera fila en lengua española. Estos han querido plasmar por escrito la huella que el autor berciano ha marcado en su escritura a modo de homenaje. Y qué mejor manera de hacerlo que desde la perspectiva de lectores —cómplices— que comentan sus cuentos, destacando casi una treintena de sus textos de diferentes épocas y extensiones, desde el relato que da nombre a su primer libro de cuentos, Una ventana a la carretera (1967), hasta las ficciones hiperbreves que se adelantaron al boom del microrrelato hispánico. Soledad Puértolas, Marina Mayoral, Eloy Tizón, Pedro Ugarte,Luis Mateo Díez, Pablo Andrés Escapa y Manuel Longares son siete de los 23 lectores cómplices que aportan su visión personal acompañando a los cuentos elegidos para la antología.
Además de estar pensado tanto para especialistas como para los lectores de a pie, el congreso también servirá de marco para presentar un libro como cierre de estas jornadas ideado para acercar a Pereira al alumnado de primaria y secundaria, lectores del futuro, elaborado por la profesora berciana Tania Martínez Gallego. Tras varios trabajos de investigación ha querido volcar el mejor lado de la literatura en su práctica como docente con textos del autor villafranquino en su alumnado, que resumen en esta maravillosa edición como guía para otros profesores, también de la editorial Eolas, titulado Una aventura literaria con Antonio Pereira.

Hoy el nombre de Antonio Pereira está íntimamente ligado al cuento, y nadie puede negar que es este el género con en el que alcanzó sus más altas cotas literarias. Una ventana a la carretera (1967, Premio Leopoldo Alas), El ingeniero Balboa y otras historias civiles (1976), Historias veniales de amor (1978), Los brazos de la i griega (1982), El síndrome de Estocolmo (1988, Premio Fastenrath de la RAE), Cuentos para lectores cómplices (1990), Picassos en el desván (1991), Las ciudades de Poniente (1994, V Premio Torrente Ballester), Cuentos de la Cábila (2000), hasta su último volumen de inéditos, La divisa en la torre (2007), son gran parte de los nombres que componen la nómina de su producción cuentística, que nos ha dejado nombres ya inolvidables. «El toque de obispo», «La barbera alemana», «Obdulia, un cuento cruel», y «Palabras, palabras para una rusa» son algunos de los favoritos, pero con sus más de 200 cuentos logró una producción brillante, coherente, con el estilo único de un autor para el que siempre ha prevalecido la libertad creativa muy por encima de modas y de decálogos. Sus textos más breves son un perfecto ejemplo de cómo buscando su estilo más personal acabó adelantándose a la explosión del microrrelato con ficciones hiperbreves en los años 70 y 80, innovación narrativa sobre la que Carmen Morán de la Universidad de Valladolid centrará su ponencia.

Pero no podemos perder de vista, que además del cuento también cultivó la novela, el artículo periodístico y, por supuesto, la poesía. Durante las primeras décadas de su vida en la capital leonesa fue, por un lado, columnista habitual del diario La Vanguardia, donde contaba con su propia columna, llamada “Oficio de mirar”, y por otro, que la amistad de don Antonio González de Lama fue de la mano con su participación en algún número de Espadaña y su amistad con sus creadores e integrantes. Desde sus primeras publicaciones poéticas y periodísticas, muy anteriores a los libros de cuentos, se evidencian unas mismas preocupaciones temáticas. Eloísa Otero, creadora y periodista, y David Rubio, estudioso del autor berciano, han analizado la relación de Antonio Pereira con el mundo periodístico en varias ocasiones y desde varias perspectivas, relación que no solo se da en un sentido práctico, sino que se convierte en una manera de observar la realidad, rescatando lo cotidiano y sorprendente. Volverán a acercarse a la obra de Antonio Pereira para hablarnos en una sesión temática el miércoles 3 de abril sobre ese oficio de mirar que empaña toda su literatura, y la oralidad de la que parten sus historias.

La mañana del jueves, nombres tan vinculados a la literatura leonesa como el de José Enrique Martínez, Alfonso García o Nicolás Miñambres, junto a especialistas como Armando López Castro, María Nieves Alonso de la Universidad chilena de Concepción, o el investigador de la Universidad de LeónSergio Fernández, abordarán su obra poética desde sus claves hasta la novedosa perspectiva de la corporeidad y el dolor, mientras que las ponencias centradas en narrativa pondrán en el foco sobre la olvidada importancia de los inicios de los cuentos o el espacio literario de Poniente.

Es precisamente la imagen del Pereira narrador una de las que más se recuerda por quienes lo conocieron, animados siempre por la promesa de saber que su sentido del humor y su fino erotismo les encandilaría y les dejaría buen sabor de boca. Pensar hoy en el largometraje de Chema Sarmiento El filandón nos trae a la memoria a Pereira más que a ningún otro de los escritores en torno a San Pelayo, porque todo el mundo sabe que su gracejo al contar, tan cercano y entrañable,lo convirtió en el preferido.

Diez años después de su muerte, fecha que se conmemora este mes de abril, los especialistas aún debaten sobre su inclusión en grupos o corrientes literarias llegando a una conclusión común: Antonio Pereira ha creado una producción tan singular y personal, sin importarle que lo tacharan de costumbrista o localista, que esa libertad le llevó a convertirse en el maestro de la brevedad. Durante los últimos años, el interés teórico por la obra de Pereira no solo no ha desaparecido, sino que ha generado la publicación de numerosos artículos y monografías, además de las dos tesis doctorales que se están realizando en la actualidad, dirigidas por la profesora Natalia Álvarez Méndez en torno a su narrativa. Pero no solo los especialistas vuelven a él con un interés renovado, sino que los inclinados a lo poético y los paisanos de a pie recuerdan a la perfección al escritor como casi un personaje, su inconfundible fisonomía de caminante con las manos agarradas a la espalda por Papalaguinda en busca de un argumento, o acompañando a don Antonio González de Lama por la Calle Ancha. Todos ellos están invitados a disfrutar una vez más al calor de sus historias entre la seda y el hierro, en estas sesiones durante los días 2, 3 y 4, de asistencia libre y gratuita.

Acceda al programa complejo: Congreso Antonio Pereira.
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