08/03/2019
 Actualizado a 12/09/2019
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Como no subamos este año, el año que viene volveremos a estar 2.000 en el Reino. Estoy seguro de que, quien más y quien menos dentro del culturalismo, ha escuchado esa frase este año en el propio campo o en cualquier conversación fuera de él.

Una creencia que realmente veo lejos de la realidad.Es indudable que ganarse a la gente es tremendamente complicado de conseguir y mucho más fácil de perder, pero también que todo lo logrado durante los últimos años por la Cultural no parece sólo ‘flor de un día’.

Y es que, lo que consiguió aquel equipo de los Gallar, Toni y compañía fue mucho más allá de un histórico ascenso. Fue, antes de lograrlo, el haber conseguido que León volviera a respirar culturalismo. El ver por la calle esas camisetas de la Cultural antes inapreciables incluso en el campo, el multiplicar el interés por lo que hacía el equipo, el despertar a ese ‘león dormido’ que eran sus seguidores.

Pese a que durante muchos años ‘los 2.000 de siempre’ eran los que acudían alReino, el interés por todo lo que le pasaba la Cultural era evidente. Pero no se acababa de reflejar en el campo, donde nose conseguía rejuvenecer la grada y que los jóvenes se unieran a la masa social.

Pero todo eso ha cambiado. Muchas cosas habrán contribuido a ello, no se sabe cuál habrá sido decisiva. Por supuesto, sin los resultados del primer equipo, las semillas plantadas no habrían crecido. Esa encomiable labor del Área Social, con Juan Luis Díez al frente, ‘pateándose’ casi cada viernes todos los colegios de la ciudad.O el intento de confraternización con el resto de clubes de base, para frenarque en alguno siempre se viera al club culturalista como el ‘enemigo’.

Habrá errores, por supuesto.Y cosas a mejorar. En los viajes, en la gestión de los días del club(siempre he creído que incluirlos directamente en el precio del carnet provocaría muchas menos quejas), en las promociones... pero hay que reconocer que se han hecho muchas cosas bien.

Se ha conseguido crear un poso. Una base sólida. Si el ascenso no llega, el número de socios disminuirá, obvio. Pero no tanto como algunos creen. Las seis peñas que en breve puede haber ya fuera de España son un indicador de que las cosas han cambiado. Y esta vez, para bien.
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