Una actriz para interpretar la fuerza de las mujeres

Inés Diago es una actriz de carácter a la que le encajan como un guante esas protagonistas extrañas de historias inusuales

Mercedes G. Rojo
05/02/2019
 Actualizado a 19/09/2019
La actriz Inés Diago intervino en la película de Epigmenio Rodríguez. | L.N.C.
La actriz Inés Diago intervino en la película de Epigmenio Rodríguez. | L.N.C.
Cuando los ecos de la última gala de los Goya nos traen el nombre del leonés Jesús Vidal Navarro como ganador del Goya al mejor actor revelación, nuestros caminos artísticos miran hoy a la interpretación femenina a través de nuestra protagonista Inés Diago (La Robla, 1985), en el mundo actoral desde hace varios años. Y es que también ella fue candidata a las nominaciones como actriz revelación a estos mismos Goya por su trabajo en ‘Media hora (y un epílogo)’ de Epigmenio Rodríguez , así como a los Premios José María Forqué, en la categoría de "interpretación femenina", por este mismo trabajo. Como suele ocurrir con la mayoría de producciones pequeñas que no se mueven en los circuitos habituales, era muy difícil alcanzar las nominaciones finales, pero ya el hecho de haber llegado hasta ahí es un premio en sí mismo y una muestra innegable del buen momento por el que está pasando la creación artística de nuestra gente, en muchos campos. Lástima de un poquito más de ayuda desde nuestras instituciones y otros organismos y entidades con capacidad para ello.

Conocí a Inés Diago en 2014 cuando, junto al resto del equipo dirigido por Ana Silva, preparaban el estreno teatral basado en la familia Panero que, tras diversos avatares, vería la luz como ‘Éramos tan felices. Los Panero, cierzo y silencio’. Luego conocería otros trabajos suyos. En aquel, Inés interpretaba el personaje de Felicidad Blanc, la esposa y madre, un personaje pleno de carácter y contención al mismo tiempo, que responde muy bien a la idea que sobre Felicidad Blanc se tenía en su momento en la ciudad mientras nos muestra su verdadera y contenida realidad. Un trabajo impecable.

Es personalmente una mujer muy reivindicativa y, quizá por ello, siente debilidad por los personajes que encarnan a mujeres fuertes, de carácterFormada en diferentes disciplinas escénicas, que son a su entender lo que permite a una actriz sacar lo máximo de su capacidad interpretativa, es personalmente una mujer muy reivindicativa y, quizá por ello, siente debilidad por los personajes que encarnan a mujeres fuertes, de carácter, como este de Felicidad Blanc o algunas de las mujeres de Lorca que nos presenta junto a su compañera artística Diana Trigueros (responsable también de la música en directo) en el espectáculo ‘Raíces’, basado en algunos de los personajes lorquianos femeninos más potentes: Yerma, Adela, Bernarda, Mariana, Rosita, la madre de ‘Bodas de sangre’; personajes a los que dan voz , en representación y homenaje "…a todas las mujeres que fuimos, somos y seremos… Mujeres que a través de la historia nos han marcado, nos han educado y nos han fortalecido. Mujeres que han sobrevivido más allá del tiempo …".

Aunque se define a sí misma como una "profesional del teatro aficionado", se apunta a todo lo que la ofrecen y consigue apasionarla y así, aunque su mayor experiencia está relacionada con el mundo teatral, a través de las diversas compañías con las que se ha involucrado (Sana Locura Teatro, Teatro Abierto, Teatro del Mayal, Latele Teatro o Emboscad@s Producciones), en el mundo cinematográfico ha participado en diversos cortos, un par de largometrajes, alguna producción televisiva y realizado otras propuestas basadas en las perfomances, las improvisaciones o en actos artísticos como el más reciente ‘Hors lits’, una idea vivida el verano pasado en León, donde los escenarios más habituales, incluso el de la calle, son sustituidos por diversos espacios de casas particulares en los que dichos actos artísticos se presentan ante el público asistente de manera totalmente sorpresiva.

Ante la pantalla ha interpretado poderosos papeles como la monja del corto ‘Oscuridad blanca’, o el interpretado en ‘Media hora (y un epílogo)’ – responsable de las dos candidaturas a nominaciones como mejor intérprete femenina–; pero tampoco desdeña personajes episódicos como los asumidos en capítulos de las series ‘El secreto de puente viejo’ o ‘El tiempo entre costuras’, grandes producciones donde todo está muy medido pero que –dice– aportan a una actriz otra forma de ver y conocer una profesión tan compleja.

Comparada por algunos con Pilar Bardem en lo reivindicativo o con Assumpta Serna en lo físico, Inés Diago no teme enfrentarse a personajes distintos, aunque reconoce que precisamente por su físico (mide 1’80) no siempre es fácil encontrar personajes que se adapten al mismo. Por eso le encajan como un guante esas protagonistas extrañas de historias inusuales, que en ocasiones le han exigido meses de preparación para llegar al fondo de las complejas sensaciones que podrían moverlas.

Hoy los derroteros de su vida parecen alejarla de la interpretación, no sabemos si definitiva o temporalmente; en cualquier caso seguro que se entregará a ellos con la misma pasión. En cualquier caso, ahí nos quedan, para el recuerdo, los personajes interpretados a lo largo de todos estos años y, a algunos, la satisfacción de haberlos podido disfrutar.
Archivado en
Lo más leído