Una donación por valor de más de 1.800 euros por parte de los responsables de la cueva y de los vecinos de la pedanía de La Robla que se están encargando de repartir las invitaciones. Uno de estos habitantes de Brugos de Fenar que entrega las entradas es Alfonso Martínez, quien explica que se está haciendo "a personas físicas al azar y no directamente a jefes de departamento". Por el momento, ya han repartido 25 al Hospital de León, otras tantas a la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el resto se encuentran en distribución a policías nacionales, guardias civiles y otros profesionales.
Según explica la guía de la Cueva de Llamazares, Elena Fernández, se trata de "un detalle para los que estuvieron al pie del cañón", más que merecido ya que "sin la ayuda de estos colectivos hubiera sido muy difícil lo de ir volviendo, poco a poco, a la normalidad". La temporada de visitas en esta gruta comienza en Semana Santa y se prolonga durante los fines de semana de la primavera, para abrir a diario en el verano y volver a hacerlo solo sábados y domingos en los meses de septiembre y octubre. Las invitaciones a los profesionales que más cara están plantando al Covid-19 se pueden canjear cualquier lunes de julio o de agosto.Coraloide, un espectáculo único
Durante su paso por la Cueva de Llamazares, este más de centenar de profesionales podrán presenciar el espectáculo "único" del coraloide de sus formaciones. "La cueva es muy peculiar ya que sus formaciones son muy raras, también al ser tantas y al estar tan juntas. Cuando entras da la sensación de estar en un arrecife de coral, pero en realidad son acumulaciones de carbonato cálcico", explica Elena Fernández.
Pero no es el único aliciente que ofrece la Cueva de Llamazares, dado que la fluorescencia de sus formaciones también constituye un espectáculo altamente singular. "Utilizamos luz ultravioleta al ser haber propiedades fluorescentes, una propiedad física que se puede observar de forma espectacular en el interior de la cueva", apunta la guía.
Un 'viaje fluorescente' para todos estos trabajadores esenciales que se completa en un recorrido de dos horas y media. La cueva se sitúa a 1.400 metros de altitud, lo que imposibilita su visita durante las nevadas del invierno, y desde la caseta de recepción es necesario realizar una ruta de 1,2 kilómetros por un paraje natural que ofrece grandes vistas de todo el valle. Por su parte, el recorrido por el interior de la gruta, adaptado a la actual situación sanitaria con grupos reducidos, tiene una duración aproximada de una hora.
Del mismo modo, se recomienda llevar calzado cómodo y ropa de abrigo, ya que la Cueva de Llamazares "está a nueve grados y hay bastante humedad". Recomendaciones de las que tendrán que tomar buena nota todos aquellos que reciban estas 125 entradas gratuitas, un pequeño pero merecido homenaje a los que dieron y siguen dando todo.