03/01/2020
 Actualizado a 03/01/2020
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Comenzamos el año nuevo de forma similar a como terminamos el viejo. Mucha gripe, muchos excesos y poca, muy poca vergüenza política.

No sé el contenido de sus cartas a los Reyes Magos, pero imagino que lo último que les pedirían a Sus Majestades, sería que les trajesen con urgencia un nuevo gobierno y menos aún, un gobierno de coalición entre el socialismo más rancio y el comunismo más bolivariano de toda Europa, aderezado con la complicidad de nacionalistas, golpistas, antisistemas y terroristas.

Sin querer aburrirles desgranando las 50 páginas del acuerdo de gobierno entre el PSOE y Podemos, y más allá de señalarles que cualquier documento político en el que abunden conceptos como «perseguir», «promover», «impulsa», «apoyar» es papel mojado, me gustaría apuntarles algunas ‘perlas’, que no todas.

Llama la atención que se hable de la protección a las «empleadas de hogar» en un documento elaborado en parte por Echenique, conocido por explotar y pagar en negro a su asistenta. Se apuesta por otra reforma educativa que sirva para terminar de destruir el espíritu crítico de nuestros jóvenes. Intervenir el mercado de alquiler de vivienda, en una apuesta totalmente comunista. Incluir un delito de maltrato de animales salvajes, para acabar con la caza. Fijar el 31 de octubre como el día de recuerdo a las víctimas del franquismo, olvidando a las víctimas de los republicanos. Aprobar una ley de laicidad del Estado, pasándose por el forro el carácter aconfesional de nuestra Constitución. La creación de una comisión de reconciliación con el Pueblo Romaní (alucinen). Dirigir, por supuesto, los pasos hacia el aborto libre, universal y gratuito, pisoteando los derechos de los individuos más indefensos, los no nacidos.

Estos son solo unos ejemplos del numeroso paquete de medidas populistas e intervencionistas que van a guiar la hoja de ruta del nuevo Gobierno en el que solo se apuntan algunas medidas para el abono del exceso de gasto, mediante una fiscalidad «con perspectiva de genero». No se puede ser más mamarracho.

Lo que diga el documento viene a dar igual y responde a un plan más maquiavélico ideado por el tándem Sánchez-Redondo. A ellos les da igual los ciudadanos, las instituciones y España. Están apostando por crispar el estado de ánimo del centro derecha para provocar su reacción y que ese espectro político se incline por Vox, a sabiendas que mientras tengan en frente un posicionamiento más radical y, sobre todo, una derecha fraccionada, se garantizarán perpetuarse en el Gobierno.

Mientras tanto, el votante de centro derecha les sigue el juego y se dedican a tirarse entre ellos los trastos a la cabeza intentando adivinar quién es macho (o hembra) alfa de la derecha y quién tiene mayor culpa, sin asumir que mientras no haya generosidad, altura de miras y unión en las políticas más liberales, España estará en manos de la destrucción de las libertades individuales y de la senda del comunismo.
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