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Un test de vida

15/12/2019
 Actualizado a 15/12/2019
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Ser un adulto totalmente organizado es a la vida como el tipo test a los exámenes, el mayor engaño habido y por haber. En el instituto, e incluso ahora mismo en la Universidad, cada vez que nos avisan de que el examen de la asignatura será tipo test, me echo a temblar. Con un test no puedes conectar conocimientos y tampoco puedes salir del examen diciendo «yo además he puesto esto otro, por si cuela». En un test o te suenan todas las respuestas o no te suena ninguna, un poco como cuando creces y te das cuenta de que realmente no sabes qué es lo correcto.

Yo era de las que anhelaba cumplir los dieciocho porque pensaba que, al hacerme mayor de edad, mi vida iba a cambiar radicalmente. No sé bien si por suerte o por desgracia, no he sido la única que tenía las expectativas tan altas por culpa de las ‘americanadas’; esas películas o series que te muestran que cuando eres mayor de edad deberías estar independizado, haber terminado la carrera con notazas, salir de fiesta absolutamente todas las semanas, viajar como si no hubiera un mañana, tener tu propio coche y una pareja con la que, en un futuro no muy lejano, te casarás, seréis felices y comeréis perdices. A día de hoy, a escasas horas de cumplir veinte, admito que, a excepción de ocasiones puntuales en las que me puedo permitir salir bastante de fiesta, encuentro viajes baratos o la asignatura se me da bien, no cumplo ninguno de los requisitos.

Lo único que me consuela es saber que realmente nadie sabe qué es lo correcto ni cómo actuar en muchos casos. Por mucho que aparentemos tener un control total y absoluto sobre nuestras vidas o por mucho que organicemos todo aquello que vamos a hacer, en el fondo todos vivimos improvisando. Por eso me gustan los exámenes de desarrollo, porque te dejan improvisar e ingeniártelas para lograr una apariencia de normalidad, como la vida misma. Y, sin duda, detesto a quienes quieren limitar la vida de adulto a la seriedad, a la organización absoluta y a una elección entre blanco y negro. Si para ellos la vida es como un test, yo elijo la opción ‘B’, que hace mucho que no la pongo e igual cuela.
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