Un tesoro en la cueva del maquis

En los montes de Casaio, en la cordillera galaico-leonesa en el límite entre León y Orense, un equipo de investigadores que trabajaba en las cuevas donde se refugiaron los maquis descubrió lo que no buscaba, un gran conjunto de pinturas rupestres prehistóricas

Fulgencio Fernández
11/02/2019
 Actualizado a 19/09/2019
El valioso ídolo oculado, la joya de los hallazgos, con tratamiento digital de Manuel Rey para poder verlo con más claridad. | SPUTNIK LABREGO
El valioso ídolo oculado, la joya de los hallazgos, con tratamiento digital de Manuel Rey para poder verlo con más claridad. | SPUTNIK LABREGO
Los montes de Casaio —en la frontera entre León y Orense— ya figuraban por derecho propio entre los lugares cargados de historia, de historias, de leyendas y referencias. Las más repetidas llegan con los ecos de las explotaciones mineras de wolframio —las minas del wolfram, las minas del alemán...— que jugaron un papel estratégico impensable en la II Guerra Mundial; unos años después es un nombre y en espacio unido a la historia de la Federación de Guerrillas Galaico Leonesa, a los maquis, a los resistentes antifranquistas.

Una investigación relacionada con este segundo aspecto, los guerrilleros antifranquistas, propició hace tan solo unos días un hallazgo artístico de incuestionable valor, uno de los uno de los conjuntos pictóricos más importantes del noroeste península (o el más importante, habrá que esperar a nuevas investigaciones).

Un equipo de investigadores rastreaba las cuevas de esta cordillera galaico-leonesa en las que se habían escondido durante años los integrantes de la guerrilla, los llamados maquis, con gran presencia en esta zona... y lo que descubrieron fue algo diferente, seguramente de mayor relevancia histórica y que ellos mismos explican: «El equipo de Sputnik Labrego y Estela Arqueoloxía e Patrimonio SL han descubierto en Casaio elmayor conjunto de pinturas esquemáticas de época prehistórica en Galicia (ellos lo refieren a Galicia pues son investigadores de aquella comunidad). El hallazgo se ha producido en el contexto del proyecto dirigido por Carlos Tejerizo (Instituto de Ciencias del Patrimonio, CSIC) y Alejandro Rodríguez (Universidade de Santiago de Compostela) relacionado con el análisis arqueológico de la guerrilla antifranquista y de la minería del wolframio en la zona de Casaio».

Recuerda otro de los investigadores, Francisco Alonso, las circunstancias en las que se produjo el hallazgo. «Durante el proceso de documentación de un chozo de la guerrilla situado en una cavidad con condiciones ideales para la presencia de este tipo de arte, revisamos la cavidad y observamos unas pinturas que enseguida asociamos a momentos prehistóricos», por lo que dieron cuenta del hallazgo a la Dirección General de Patrimonio de la Xunta de Galicia, que envió un experto en arte rupestre —José Manuel Rey, al lugar y éste refrendó lo que sus predecesores habían intuido y confirmó la importancia del descubrimiento. «En las primeras visitas hemos localizado al menos una quincena de pinturas de diferentes tipos, desde soliformes hasta el fantástico ídolo oculado», describe Francisco Alonso, quien añade que «todo parece indicar que nos movemos en un horizonte Calcolítico por los paralelos conocidos, pero que habrá que confirmar en el futuro».

El equipo de Sputnik Labrego, responsable del hallazgo, está compuesto por Mario Fernández (Universidad de Santiago de Compostela USC), Laura Martínez (Patrimonio Minero del Noroeste Peninsular) y Celtia Rodríguez (USC), y ellos mismos ya han puesto en marcha una propuesta de proyecto integral y multidisciplinar para la documentación de las pinturas así como para prospectar intensivamente la zona en busca de más conjuntos, ya que se muestran convencidos de que «todo parece indicar que no se trata del único conjunto presente en el paisaje», explica Carlos Tejerizo. Un proyecto que se realizaría en colaboración con la Comunidade de Montes de Casaio pues «estamos muy agradecidos a las vecinas y vecinos de Casaio, especialmente a Francisco Álvarez y César Real. Sin el conocimiento exhaustivo del territorio por parte de la comunidad local hubiera sido imposible localizar este conjunto». Los vecinos confirman que eran conocedores de la existencia de estas pinturas rupestres «desde siempre, pero no éramos conscientes de su valor histórico...». Por su parte, Tejerizo comenta que espera «que pronto se ponga en valor, sea visitable y suponga un activo en el desarrollo de la comarca».

Hay algo que ya es una realidad, la Dirección General de Patrimonio de la Xunta al conocer y documentar la importancia del hallazgo convierte el conjunto de manera inmediata en Bien de Interés Cultural (BIC), para después, explica Tejerizo, «después elaborar elproyecto integral con el mayor número posible de especialistas para su datación específica, el estudio del óxido y de las bacterias en relación a la conservación, así como la prospección intensiva de la zona, en busca de más vestigios. Estamos hablando de un caso singular, único en su contexto. Su entidad es única». Sobre el lugar donde se encontró Francisco Alonso señala que «la cueva se encuentra en un entorno muy bonito, con una cascada que justo cae delante».

Un evidente aliciente para una comarca que ya había intentado en ocasiones anteriores buscar alternativas turísticas en la riqueza natural e histórica del lugar, así en 2013 se señalizó la que llamaban ‘Ruta por las minas de los alemanes’ o ‘Por las minas de wolframio’ con la idea de integrarse en una «ruta europea que, teniendo por base las minas de wolframio, permita constituirse en una oferta turística innovadora capaz de proyectar en el espacio y en el tiempo la memoria histórica y patrimonial del pueblo europeo». También se han barajado muchas iniciativas con los restos mineros de Casaio o rutas vinculadas a los restos de la guerra civil, las cuevas de los maquis... justo en lo que trabajaba el equipo de investigadores que encontró el tesoro que no esperaba.
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