14/12/2021
 Actualizado a 14/12/2021
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Antes, cuando te encontrabas con un famoso, sentías la tentación de pedirle un autógrafo. Hoy esto se resuelve de una manera más fácil y completa. Te arrimas a él, pones la cámara del móvil mirando hacia ambos y haces una foto de esas que ahora se llaman selfis. La vicepresidenta Yolanda Díaz, que tiene pinta de querer convertirse en una Ayuso de izquierdas, ha ido mucho más lejos, demostrando gran habilidad no sólo para hacerse una foto con el Papa, sino para mantener con él una larga entrevista.

El Papa, que es el Vicario de Cristo en la Tierra, siguiendo el ejemplo del Maestro, no rechaza a nadie y recibe, en la medida en que puede, a políticos de todo signo, incluidos dictadores. Jesús también comía en casa de publicanos y pecadores o en casa de fariseos. Al fin y al cabo todos son hijos de Dios, aunque algunos lo nieguen o lo ignoren. Por lo tanto no tiene sentido celarse de nadie por el hecho de que el Papa lo reciba o porque Dios lo ame.

Que en la conversación surgieran temas como la crisis sanitaria con ocasión de la pandemia, la precariedad laboral o el cambio climático, parece más que normal, pues son temas serios y preocupantes, independientemente de que las soluciones que proponga Yolanda sean o no las más acertadas. La señora Díaz, en nombre de la discreción ha dicho que no va a revelar el contenido de la entrevista. Tal vez no le interese. Pero, conociendo a Francisco, no parece desencaminado pensar que le hablaría de la importancia de defender la vida humana en todas sus etapas, del no al aborto y a la eutanasia, de la ley de educación y de las continuas ofensas por parte de cierta izquierda ante el hecho religioso… En realidad parece bastante contradictorio utilizar en provecho propio el prestigio del Papa simultaneándolo con los ataques de la palabra y obra a la Iglesia que él preside.

Francisco, tildado por algunos de comunista y populista, no dice nada nuevo que no hayan dicho los papas anteriores y la Doctrina Social de la Iglesia en general. Por eso no tienen sentido esos comentarios injustos y repugnantes que lanza sin parar contra él unaparte significativa de la derecha política y mediática.

Para el Papa tiene que ser muy reconfortante que todos quieran hacerse fotos con él. Pero seguro que estaría mucho más contento si tomaran más en serio a Dios en sus vidas y fueran capaces de descubrir la dignidad de cada persona, creada a su imagen y semejanza. Estanos seguros de que el Papa nunca se sentiría contento si le apreciaran mucho a él y despreciaran a Jesucristo.
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