Un salón para escarbar recuerdos bonitos

El taller ‘Mis recuerdos’ de la Unidad de Memoria de Alzheimer León les ayuda a reactivar el pasado con la ayuda de imágenes antiguas, canciones y las aportaciones de cada ‘mayor’

Susana Martín
12/03/2017
 Actualizado a 17/09/2019
Al fondo, José Carlos, que ha cumplido 4 años de su ‘segunda vida’, tras un accidente.| DANIEL MARTÍN
Al fondo, José Carlos, que ha cumplido 4 años de su ‘segunda vida’, tras un accidente.| DANIEL MARTÍN
La sala ‘Cuéntame’ del centro Alzheimer León –la que simula un comedor de cualquier hogar de los años 70– es el habitáculo idóneo para acoger el taller ‘Mis recuerdos’, una sesión donde los mayores rescatan recuerdos bonitos de su juventud e infancia mediante la reactivación de la memoria remota.Cada quince días, los ‘chavales’ se reúnen en la sala, en  grupos pequeños. Cuando entra el gerontólogo que los guía, Alberto Hurtado, ya están sentados en los sofás marrones de ‘escai’. Los mayores rememoran en este taller recuerdos de infancia o juventud, se busca reactivar su memoria remota (a largo plazo)  Hay al fondo una máquina de coser –una Singer de las de nuestras abuelas– y una tele en blanco y negro, por supuesto con su ‘bailaora’ encima. Y hay un transistor, y fotos antiguas, y una cámara tipo Leica con funda de cuero marrón, y mantelitos de ganchillo... Sentados en el sillón grande, Mateo, Pascual y Elías. En una silla, el monitor. Y en el butacón grande, José Carlos. Las chicas, juntas: Ignacia (Ina), María Jesús, Mari Carmen. En total, siete mayores para una actividad que «les encanta».Hoy les toca seguir comentando una foto de la plaza de Guzmán de los años 60, una imagen en blanco y negro en la que apenas se ven un par de coches al fondo, en el puente de Los Leones, cuando aún no había ni leones... En la esquina, el restaurante y sala de fiestas Universal. Y varias personas paseando tranquilamente por la plaza, sin circulación.Preservativos y cabaretsComienza la charleta de recuerdos: Que si Guzmán el Bueno no era ‘bueno de bondad’, sino de rico. Que era tan mala persona «que llegó a atacar a su esposa con un tizón», cuenta Eloy. Que el dueño del Universal se llamaba Ricardo, y que en esa plaza se vendían corbatas, en la calle. Y ellos dicen que también preservativos, y ellas que entonces seguro que no existían los preservativos. «Sí, sí, sí, porque luego se vendían en el Victoria», aclara José Carlos, que dice que también allí se ponía el limpiabotas.

Está dirigido a personas que empiezan a perder algunas capacidades, diagnosticadas de un deterioro cognitivo leve  Ellos hablan más, ellas se ríen mucho. Todos se acuerdan de un cabaret que hubo en Ordoño, «el Salamanca, que antes se llamó el Hollywood». Y que había otro en la calle Varillas, «el famoso Iris», donde actuó Lola ‘la folklórica’ [Flores] la primera vez que vino a León. «Se echó un novio carnicero en León, porque en aquella época arrasaba, los dejaba a todos ‘abobaos’», suelta Elías.

De fondo suena un tango de principios del siglo XX, La Cumparsita. Y sigue la charla, repleta de recuerdos, de anécdotas, de risas y sonrisas.

El taller ‘Mis recuerdos’ de Alzheimer León es para eso, para estimular la memoria de quienes empiezan a olvidar algunas cosas. Ina, María Jesús, Mari Carmen, Mateo, Pascual, José Carlos y Eloy han comenzado a padecer un deterioro cognitivo leve. Actividades como ésta ayudan a ralentizar la progresión de la enfermedad. Una imagen, una sintonía, una conversación o un simple objeto doméstico sirven para reactivar la memoria remota, gracias a la evocación de los recuerdos que mejor se han fijado en su memoria, los de hace tiempo. El geróntologo se ocupa de resaltar los aspectos emocionales de los recuerdos, y ellos disfrutan haciendo memoria. «Llegan a casa entusiasmados, les viene fenomenal», cuenta la psicóloga de Alzheimer León, Lucía de la Pisa.

Al despedirnos, Eloy bromea pidiéndonos la propina, y Alberto le recuerda que son los abuelos los que deben darla. Y se  ríen todos, y siguen haciendo memoria.
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