Un recital poético-musical recuerda a los talentos perdidos de la República

Adriana Viñuela, Elisa Rapado y Nuria Castaño llevan este martes al Auditorio Ángel Barja del Conservatorio las composiciones de García Lorca, Antonio José, María Teresa Prieto y María Rodrigo, cuyas carreras se vieron truncadas por la Guerra Civil

Joaquín Revuelta
18/09/2018
 Actualizado a 19/09/2019
La pianista Elisa Rapado y la soprano Adriana Viñuela protagonizan un recital poético-musical en el Auditorio del Conservatorio.
La pianista Elisa Rapado y la soprano Adriana Viñuela protagonizan un recital poético-musical en el Auditorio del Conservatorio.
El Auditorio Ángel Barja del Conservatorio de León acoge este martes a las 20:30 horas con entradas a 5 euros el tercer concierto del 31 Festival de Música Española, que tendrá como protagonistas al trío formado por la soprano coyantina Adriana Viñuela, a la pianista zamorana afincada en León, Elisa Rapado, y a la actriz leonesa Nuria Castaño.

El programa del concierto, titulado ‘Los talentos perdidos de la República’, es un homenaje a las corrientes intelectuales y artísticas truncadas con el estallido de la Guerra Civil. Así, el recital versará sobre músicas de Federico García Lorca y Antonio José, ambos asesinados al inicio de la guerra; Mª Teresa Prieto, compositora ovetense exiliada en México, y María Rodrigo, primera mujer en estrenar una ópera en España, que hubo de salir de Madrid a Colombia en primera instancia y finalmente a Puerto Rico. La música estará acompañada de poemas de Mª Teresa León, Nuria Parés, Carmen Martín Gaite y Federico García Lorca, recitados por la actriz Nuria Castaño.

La pianista Elisa Rapado destacó el día de la presentación de esta trigésimo primera edición del Festival de Música Española el paso que se ha dado este año y que supone «un hermanamiento total entre las obras de hombres y mujeres que se han dedicado a la composición, a pesar de la ‘invisibilidad’ que estas últimas han experimentado a lo largo de los años».

La pianista zamorana, que desde hace largo tiempo ha fijado su residencia en León, también quiso destacar que este año «los programas musicales guardan una estrecha vinculación con las propuestas audiovisuales, que están dedicadas a las figuras históricas como María Rodrigo, Arbós y Antonio José, nombres de los que no se ha oído hablar mucho y nos tenemos que plantear desde el punto de vista de la memoria histórica el por qué de ese prolongado silencio. ¿Acaso Antonio José era un compositor poco importante? Pues no, era un compositor extraordinariamente bien relacionado y considerado, al que Falla consideraba su más valioso seguidor y del que el famoso compositor francés Maurice Ravel decía que era la persona que iba a remodelar la música española durante todo el siglo XX», recordó Rapado. Sin embargo, en 1936, cuando el compositor contaba 33 años, las envidias locales en Burgos le llevan a ser asesinado de noche, sin juicio previo, «como a menudo sucedías estas cosas», reconoció la pianista, que también hizo mención al caso de María Rodrigo, primera mujer en estrenar una ópera en España que fue condenada al exilio, o María Teresa Prieto, que en principio nada tenía que temer por pertenecer a una familia conservadora y que sin embargo tomó la decisión de abandonar el país «porque era consciente de que no podría crear en paz». Rapado se pregunta ¿qué suceden con estas obras? «La mayoría se dispersan y en el caso del baúl de Prieto desaparece, igual que se bombardea el baúl en el que Martínez Torner se había molestado en recoger una gran variedad de melodías tradicionales, como las que García Lorca escribe. La guerra produce una gran brecha y me parece también una reivindicación importante desde el punto de vista de la música y de la memoria histórica que se vaya a hablar de todo esto y que se vaya a escuchar esa música de la misma forma que nosotros nos enteramos hoy que hay una gran compositora brasileña que ha desafiado en el siglo XIX las normas de su país y ha sido la primera mujer en dirigir una orquesta y también vamos a tener la suerte de escuchar su música. Estos pasos había que darlos y unirlos con la interpretación de música creada hoy mismo, puesto que los compositores lo tienen un poco más difícil que los escritores. Tú escribes un maravilloso libro y puede que se venda, pero incluso si escribes una maravillosa composición musical, sino es un gran hito del pop, no te lo van a programar tanto. En realidad no vas a poder vivir de eso sino que muchos de estos compositores acaban teniendo sus lentejas en otros trabajos», espetó Rapado, para quien es importante el papel que festivales como el que nos ocupa dan a esta gente. «Se trata pues de aprovechar la hermosa oportunidad que tenemos de descubrir estas músicas que a lo mejor no sabíamos que existían pero que van a hacer nuestra vida mucho mejor y agradable», concluyó.
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