Un rayo de esperanza

Hay ejemplos de pueblos donde la despoblación no tiene los colmillos tan afilados, localidades en las que se escuchan más risas de niños que toses de ancianos como es el caso de Poladura de la Tercia, en plena Montaña Central

Girar el foco hacia las grandes oportunidades de futuro dela mayor parte del territorio parece la opción más sensata
20/10/2019
 Actualizado a 20/10/2019
Las malas noticias todavía ocupan el discurso de la despoblación. Cada padrón ahonda un poco más en la herida y la versión oficial es catastrofista y, hasta la fecha, parece que poco práctica. Se viene haciendo hincapié en las desgracias demográficas y asistenciales que sufren los vecinos del medio rural y pocas veces se pueden ver los rayos de luz que atraviesan los nubarrones. Sin embargo, los hay. Uno de ellos ha atravesado la Montaña Central de León para iluminar el Valle de la Tercia, el pueblo de Poladura, donde hay más niños que ancianos. La localidad montañesa es uno de los ejemplos de que, pese a todo, vivir en pueblos de menos de 100 habitantes es la opción que desean muchas personas. No obstante, no siempre resulta sencillo. Casi de la mano de las tragedias demográficas se conocen casos de licencias que se eternizan y que impiden que aumente la actividad productiva. La otra cara de la moneda, la que puede reforzar un discurso inspirador, lleva grabadas las soluciones que los emprendedores encuentran con mucho esfuerzo para ganar la batalla de la burocraciay poder quedarse en sus pueblos a ganarse la vida con la profesión que han elegido. Con todo ello, a la luz de las últimas noticias oficiales sobre los planes de las Administraciones públicas para los pueblos parece que la opción más sensata es girar el foco hacia las grandes oportunidades de futuro de la mayor parte del territorio. Las tormentas de quejas y protestas tienen que ir seguidas de rayos de esperanza.
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