Un punto más, dos puntos menos

14/03/2016
 Actualizado a 19/09/2019
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Era un poco pesimista de cara a este partido, la verdad. Siendo como soy, optimista en general, este partido era uno de los que, desde que entramos en la crisis, lo veía más que perdido. Me alegra haberme equivocado. Aunque el punto de hoy, tan bueno como es, se me antoja corto. Y más viendo los resultados que se han producido en nuestro espacio aéreo más inmediato. Han ganado Almería y Huesca, que tiene un partido menos a disputar este miércoles, y se ha reducido a tan sólo dos puntos la ventaja con el descenso. Está el camino demasiado peligroso como para andar dejando puntos por el camino y en el Nou Estadi se han quedado dos. En la tabla y en el campo.

Porque se hicieron cosas para dejar Tarragona con tres puntos. Lo suficiente, menos marcar goles. Y no fue por falta de ocasiones. Lo único que hizo falta para ganar es haber sabido mantener un poco más el regalo del minuto dos. Llegar y marcar. Y con un equipo armado para robar y salir corriendo (aunque sin velocidad arriba es difícil correr, pero vamos, que el concepto aunque mal ejecutado, está presente) no te pueden sonreir más los dioses.

Alan volvió a una posición en la que hacía años que no jugaba y lo hizo realmente bien. Y a pesar de que el equipo no tenía un creador de juego ‘per se’ llegaba con bastante facilidad y claridad al área de un Nàstic que a pesar de tener el control del balón no tenía el control absoluto de lo que pasaba sobre el campo. Lo intentó con sus jugadores rápidos de banda, pero Acorán y Antón se aplicaron defensivamente y ayudaron a sus laterales que estuvieron bien, si exceptuamos que los dos dejan centrar a placer cada internada a banda, algo que ni se ha corregido ni seguramente se vaya a corregir nunca en este equipo.

La Deportiva no elaboraba tanto, pero llegaba con más peligro todavía que los locales, pero le faltó puntería. Berrocal, Basha y Aguza las tuvieron en la primera mitad, pero no se acercaron al gol. En general la primera parte fue sorprendentemente buena, a la altura de las mejores y ante un gran rival.

En la segunda parte el Nàstic salió con todo, como era de esperar y acorraló a la Deportiva en los primeros minutos y merced a un fallo en el despeje en el enésimo centro concedido los granas consiguieron el tanto del empate. Es posible, aunque nunca lo sabremos, que de haber aguantado el empuje inicial de los locales se hubiera conseguido la victoria. Pero es sólo una suposición. De todas formas el equipo no se desarmó, a pesar de que los locales subieron un poco el ritmo. No generaron demasiadas ocasiones aunque estuvieron peligrosamente cerca de hacerlo, e incluso de darle la vuelta al marcador.

A partir del minuto veinte, cuando los catalanes aflojaron un poco el ritmo la Deportiva volvió a encontrarse mejor sobre el campo, gracias en parte también a una gran ocasión de Aguza en un disparo lejano que le dijo a los locales que tampoco podían descuidarse demasiado, aunque los cambios de Moreno fueron muy ofensivos, llegando al final a cerrar con defensa de tres, algo que no se pudo aprovechar en parte por la tardanza, en mi opinión, de Fabri en hacer los cambios.

Es uno de los pocos errores achacables al gallego ayer. Hacía falta velocidad arriba antes. Y también hacía falta más control en el medio, el equipo estaba demasiado precipitado, no retenía el balón lo suficiente como para armar los ataques con criterio y perdía el balón demasiado rápido, lo que le daba al Nàstic claras opciones para remontar el partido, que claramente no aprovecharon, pues también en la segunda mitad las ocasiones más claras cayeron del bando blanquiazul que ya en el descuento pudo haberse llevado la victoria en una buena jugada de contragolpe.

Un punto en Tarragona, sí y dando buenas sensaciones, pero los resultados, al contrario que en pasadas semanas no han ayudado. El partido de la semana que viene es fundamental. Ganar o ganar, no queda otra opción. La Deportiva tiene un punto más sí, pero también dos menos de lo que podría. En el partido de ayer y en la tabla clasificatoria. Y que el miércoles sea propicio.
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