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Un mundo sin pincho

15/05/2020
 Actualizado a 15/05/2020
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Despierta el día con igual esperanza que preocupación. Esperanza porque la Junta considera que el Bierzo y Laciana, este reducto rebelde del noroeste, están preparados para anticiparse en la desescalada. Desde hace tiempo se viene percibiendo una tendencia favorable en las estadísticas de la tendencia de coronavirus, una epidemia que no ha atravesado el Manzanal con igual virulencia, y nunca mejor dicho, que la que ha dejado atrás. El aislamiento rural, el envejecimiento de la población y los efectos higiénicos de la España vaciada pueden estar entre las causas en la zona rural, no tanto en Ponferrada, Bembibre o Villablino, núcleos de población lo suficientemente agregada como para pasar a formar parte de la media nacional en cualquier ámbito. Ya sabemos que esto no es una carrera, y que si la responsabilidad individual y colectiva ha tenido algo que ver en este fenómeno, debemos seguir siendo igual de responsables individual y colectivamente y hasta, si cabe, más que hoy, atendiendo a las restricciones todavía existentes o haciendo cada día un esfuerzo añadido y conteniendo nuestra necesidad de libertad, sin perjudicar con ello a ese tejido económico que quiere salir del redil de una vez. Y es que, y aquí llega la inquietud, en la provincia de León estamos en un 7 por ciento de contagio de la población, por encima de la media de España, sí, pero insuficiente para hablar de una población inmunizada, lo que se traduce en un riesgo de rebote que nos obliga a permanecer especialmente alerta para que esta epidemia que hemos contenido en el Bierzo no se desboque repentinamente y ponga patas arriba a nuestro sistema sanitario.

Mientras tanto, hay que darle una vuelta, y rápido, a decisiones como la de prohibir las rebajas en el comercio presencial y permitirlas en la venta ‘online’. No parece lógico pensar que en estas circunstancias, un cartel de rebajas a las puertas de una tienda vaya a provocar aglomeraciones peligrosas para la salud. De hecho, tales aglomeraciones han desaparecido del panorama comercial desde que las Rebajas se desestacionalizaron y se permiten, para mayor contento de las grandes firmas de la moda, prácticamente en cualquier momento del año. Una ayuda al comerciante consiste en permitirle abrir, sí, pero que sea en igualdad de condiciones, porque si no, por esa misma lógica, podrían prohibir el pincho en los bares para evitar tumultos, y por ahí no pasamos.
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