Un mundo pegado a la tierra

01/02/2023
 Actualizado a 01/02/2023
01-02-2023-a-la-contra.jpg
01-02-2023-a-la-contra.jpg
En la noche más heladora de todas las heladas de los inviernos en la capital del frío llegó despacio el camión de la basura; uno de esos especiales que no coge la basura común, hasta en esto hay clases sino de los que recoge la de no sé qué color (no es que no quiera reciclar, es que no vivo donde se recicla).

Sacó poderoso un brazo articulado casi hasta el cielo bajó su gancho y quiso tirar con fuerza pero también es fuerte la helada cuando la madre naturaleza la carga con toda la potencia de sus pilas de frío. Y el redondo contenedor estaba pegado al suelo sin remisión. «Otra vez, mecagüen la leche» sonó con la enfadada fuerza de quien ya ha visto más veces la negativa a deshacer la unión entre contenedor y suelo soldada a hielo.

Tiró el camión con fuerza y nada, repitió y tampoco hubo respuesta, lo intento con más ganas saliendo disparado al cielo solamente la tapa, el suelo quedó soldado al asfalto y las botellas se esparcieron por toda la calle ante la atenta mirada de la pareja de chavales que cada uno reflexionó dejando al aire su subconsciente: «Mucho se ha bebido esta Navidad», pensó en alto la chica; «no habrá ninguna llena para este jueves universitario», completó el chaval con ganas de fiesta.

Todo un mundo escondido detrás de un pequeño agujero.
Lo más leído