Un modelo a seguir

El transporte a la demanda ha conseguido prestar un servicio fundamental para cualquier ciudadano en las zonas con menos habitantes. Y la Junta lo ha hecho de una manera eficiente, es decir, sin un gran desembolso para las arcas de la comunidad

El sistema ha ganado viajeros en la provincia de León pese a la creciente despoblación que sufren las zonas rurales
06/01/2019
 Actualizado a 15/09/2019
Prestar un servicio fundamental de una forma eficiente en zonas del medio rural con baja población era el objetivo de la Junta cuando puso en marcha el transporte a la demanda. El considerable grado de dispersión, el elevado número de municipios y la escasa población, decreciente y envejecida, hizo necesaria la implementación de servicios estratégicos de transporte colectivo que no supusieran un gran desembolso para la administración autonómica. La comunidad es un territorio con una red de transportes con muchos tráficos rurales que conectan en la mayoría de los casos con la capital de la provincia o comarca a través de itinerarios muy largos y expediciones con escasa ocupación determinantes de una baja rentabilidad, en muchos casos deficitaria, que dificulta su mantenimiento, lo que obligaba a la Junta a realizar importantes esfuerzos financieros para garantizar la supervivencia del sistema. En este sentido, en el año 2004, momentos previos al inicio del servicio de transporte a la demanda, se llegaron a destinar hasta cuatro millones de euros para ayudas a la explotación de servicios deficitarios de transporte público regular de viajeros por carretera de carácter rural. Y el sistema de transporte a la demanda ha ganado usuarios en la provincia de León a pesar de la creciente despoblación de las zonas rurales. Ahora la Junta estudia la posibilidad de ampliar este eficiente sistema a otras rutas de transporte con menos de 5.000 viajeros al año.
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