vicente-barriob.jpg

Un hombre tranquilo

24/07/2015
 Actualizado a 15/09/2019
Guardar
No sé si habéis visto la película ‘Un hombre tranquilo’, dirigida por John Ford y protagonizada por John Wayne y Maureen O’Hara. A mi me parece espectacular... Viene a cuento hablar de ella porque conozco, en persona, a un hombre tranquilo. Es muy difícil, si no se nace con ella, alcanzar la virtud, no sé si teologal, de la paciencia. Él es paciente, casi alcanzando el escalón anterior al estado Zen, que es lo más molón que puede alcanzar un alma en esta vida. Lo es tanto que, por ejemplo cercano, una vez quedó encerrado en el tigre de un bar y en vez de tirar la puerta o gritar, mandó un mensaje por el móvil a una persona que estaba a un kilómetro para que avisase a su novio, que estaba en la barra con el que suscribe, para que hiciéramos el favor de dejar de hacer el hijo de puta y le abriésemos. Al salir, como que no hubiera ocurrido nada, lamentó que en el tigre no estuviera con él su amiga, la copa de cerveza.

El martes pasado, todos los medios nacionales, anunciaban que él y otros dos periodistas de aquí llevaban desaparecidos desde el día 11 en Alepo, Siria. Conociéndole un poco, sé que si pudiera ver la primera página de los periódicos donde aparece su foto, se cabrearía. Lo importante, para él, son las fotos que saca, los testimonios de lo que está ocurriendo en cualquier parte del mundo donde se juega a la ruleta rusa con la vida. El último premio que recogió justo antes de irse otra vez a Siria, se lo dieron por una foto espectacular no, lo siguiente, en la que unos niños que no tienen nada, ni donde caerse muertos, juegan a lanzarse por una cuesta en las calles de Mogadisio, capital de Somalia. El hombre cercano al Zen, consigue que las ‘afoticas’ que logra tirar, digan algo, enseñen algo a los burgueses que, de no ser por ellas, piensan que el mundo es un lugar maravilloso que se acaba en la vuelta de la esquina.

Dicen los medios que les han ‘retenido’ una célula local de Al Quaeda, que menos mal que no han sido los del Estado Islámico. Da lo mismo. Son todos perros con distinto collar. Y muerden, muerden mucho. Sé, porque le conozco un poco, que él estará tranquilo. Es una situación provocada por su trabajo, por lo que le encanta hacer, por lo que disfruta haciendo. Estará una temporada en manos de estos adoradores de la muerte y volverá. Seguro que volverá, como si tal cosa, como si no hubiera ocurrido nada más que un imponderable que no estaba en el guión. Echará, eso si, mucho de menos la cerveza, y las charlas con Dani, con Eva, conDavid, con Porras, con Rafa, siempre sin prisa para mi desgracia la mayoría de las veces. Y a las mujeres... Que sepas, chaval, que te echan, ellas también, de menos.

Salud y Libertad.
Lo más leído