Sobre el origen del espectáculo, la salmantina María Escobar asegura que surge de una nueva investigación a raíz de la revisión de su primera pieza de la Trilogía, ‘De tripas corazón’ (2012), con motivo de ser una de las tres creadoras y docentes seleccionadas por la Convocatoria Workshops Verano 2020 del Teatro Pradillo, en Madrid, y su respectivo desplazamiento de fechas por la situación de pandemia mundial. «El confinamiento, el ruido, el caos, la resaca emocional y vital me producía rechazo; no encontraba el sentido de hacer. Necesitaba alejarme para ganar perspectiva. El tiempo con su distancia y el silencio que trajo me susurró que algo había en las primeras dos piezas de la Trilogía que resonaba fuerte, pero que se abría un nuevo halo de luz para investigar sobre la quietud y el silencio», sostiene la creadora salmantina, para quien de fondo subyacen el legado y la identidad, temas que había tratado en sus anteriores trabajos ‘De tripas corazón’ y ‘Espacios de un cuerpo’ (2014). «Se abrían nuevas cuestiones para preguntarme sobre el contenido y la forma, sobre la ética y la estética. Para situarme casi una década después en un nuevo trabajo del cuerpo y repensar la danza. No tratar de alcanzar ésta sino de atender a ella y dejarla estar, en su pura esencia. Al igual que la naturaleza crecía sin límites al otro lado de la ventana, en los meses de confinamiento», confiesa la intérprete de un espectáculo que se nutre sobre el escenario igualmente de las acciones de un músico (David Mata Erissoma) y de un iluminador (Sergio García).
El espectáculo se estrenó el 23 de enero de 2021 en el Teatro Pradillo de Madrid dentro de la Convocatoria de Creadoras de Artes Vivas, estreno que se hizo acompañar de un workshop previo de cinco días impartido por la propia María Escobar con el título ‘La quietud es el origen de todo movimiento’, una opción que queda abierta para futuras representaciones de ‘Tempo’, al igual que encuentros con el público que abran y fomenten el diálogo sobre la escena y los procesos de creación con los espectadores.Sobre la compañía madrileña cabe decir que Mery Dörp es el alter ego bajo el que María Escobar realiza sus trabajos más personales. Como creadora centra su investigación en la interacción de diferentes disciplinas artísticas, tomando el cuerpo como objeto de estudio y eje fundamental de sus piezas. Todos sus trabajos giran en torno al tema de las transferencias y las influencias que nos conforman.
Piezas fundamentales de ‘Tempo’ son el músico David Mata y el iluminador Sergio García, ambos madrileños. Del primero cabe decir que de forma autodidacta comenzó su interés por la música y la experimentación con la tecnología aplicada al sonido. En los últimos años su obra ha tomado una reconocible identidad propia donde microsonidos, ruido blanco o elementos psicoacústicos se funden junto con sutiles melodías que se complementan entre sí de forma gradual. Por su parte, en la consolidada trayectoria de García destaca la coordinación técnica del Teatro Pradillo y la codirección técnica del Teatro Pavón Kamikaze. Actualmente es el coordinador técnico del CC Paco Rabal, labor que compagina con sus diseños de iluminación para varias compañías.