Alfonso B&W

Un grano no hace granero...

19/10/2017
 Actualizado a 17/09/2019
Guardar
Nunca he sido optimista. En numerosas ocasiones he dejado patente en estas líneas mi disconformidad, mi decepción y mi hartazgo ante el carácter egoísta y cainita de la sociedad de esta nuestra tierra. No todos, pero muchos de los problemas a los que nos enfrentamos se basan en los palos que nosotros mismos ponemos en la rueda de la provincia en la que vivimos y por la que tendríamos que unirnos y dejarnos la piel con independencia de cuál sea nuestra ocupación. Pero aquí la tendencia suele ser justo la contraria. Ir por la vida con la boina encajada hasta por debajo de la nariz y velar sólo por los intereses de uno mismo sin importarnos un pimiento lo que le suceda al vecino, no sea que nos quite de vender una caña o nos desplace a un lateral de la fotografía en el periódico. Digo que ‘suele’ ser la tendencia, porque la capitalidad gastronómica ha servido para taparme un poco la bocona. Con independencia de la importancia que cada uno le dé al galardón, lo cierto es que nace de una unidad social pocas veces vista. Me atrevo a pedir sólo que no se deje de lado a los barrios, pero aconsejo también a sus hosteleros que entren en las asociaciones y defiendan también por fuera de la barra de sus bares que hay vida más allá del centro. Cuando se habla y se suman esfuerzos es más fácil avanzar que cuando se ponen zancadillas. Y puede parecer que es sólo un reconocimiento gastronómico, pero también es un ejemplo para alcanzar todos juntos otros objetivos en el futuro. Ya lo dice el refrán: «Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero».
Lo más leído