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Un foco sobre Madrid

17/03/2020
 Actualizado a 17/03/2020
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Averías y retrasos en el tren de Cercanías, la estación de Atocha llena de gente y más de cien mil personas tomando el transporte público en hora punta; así ha amanecido la capital estos días. Las autoridades informan de una disminución en las cifras de viajeros en torno a un 70 u 80%, pero aún no parece ser suficiente y las quejas aumentan por momentos. Sin embargo, es innegable que la situación ha cambiado en la Comunidad de Madrid tras el decreto del estado de alarma el pasado sábado.

Como si de La ventana indiscreta de Alfred Hitchcock se tratase, al igual que ocurre en el resto de comunidades autónomas, los madrileños se asoman a ventanas y balcones para rescatar unos rayitos de sol y, de paso, ser conscientes de lo que está sucediendo en las vaciadas calles del barrio; dos o tres vecinos sacando al perro, otros cuantos paseando con el carro de la compra y, en varias ocasiones, autoridades haciendo que la ley se cumpla.

Del mismo modo, la entrada a supermercados está restringida tanto por los agentes de seguridad del comercio como por policías en el caso de ser grandes superficies que generalmente tienen una gran afluencia de público. El aforo se limita a cincuenta o sesenta personas y hasta que no sale una, no entra la siguiente. Para los demás, la orden es clara: permanecer en la calle haciendo fila guardando la distancia de seguridad.

Permanecer en los hogares, hacer caso a las autoridades y tener muy presentes las medidas de prevención son las únicas formas de evitar o minimizar el contagio por coronavirus, pero toda la ciudadanía ha de ser consciente de ello. Pese a que se comenzó a llevar a cabo el protocolo de actuación a mediados de la pasada semana, no ha sido hasta que se ha decretado el estado de alarma, que limita la libre circulación de personas, cuando la población ha hecho caso a la orden de quedarse en casa.

Esta situación se ha dado a lo largo y ancho del territorio español, pero no se puede negar que es más fácil vigilar a la población en las pequeñas y medianas ciudades que en una provincia con más de seis millones de habitantes. Para hacer efectivo el control y frenar la curva de contagiados del coronavirus, un amplio número de personas coincide en que las medidas han de extenderse, especialmente al ámbito laboral. De este modo, se fomentará el teletrabajo o solo tendrán que acudir presencialmente a su puesto de trabajo quienes tengan una ocupación señalada en el Real Decreto Ley anunciado por Pedro Sánchez el pasado sábado.

Con el fin de evitar un mayor número de contagios, la ciudadanía ha de ser consciente de la importancia de la responsabilidad individual y colectiva; cuidarnos a nosotros mismos implica proteger al resto de personas, especialmente a los mayores y a quienes cuentan con patologías previas. Pero de poco sirve que todos nos quedemos en casa si varios días después miles de personas se cruzarán de camino a sus puestos de trabajo, por lo que la responsabilidad empresarial con la salud de los empleados es de vital importancia para protegernos entre todos. Madrid es el principal foco de contagio, pero también es necesario poner el foco sobre la situación en la capital.
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