Imagen Juan María García Campal

‘Un fantasma recorre Europa’

28/09/2022
 Actualizado a 28/09/2022
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Titulo citando, de Marx y Engels, el inicio de su ‘Manifiesto del Partido Comunista’ (1848). Pongo la fecha de edición de su teórica y «pública declaración de doctrina» para aplacar posibles reacciones viscerales y que la razón pueda reparar en que es anterior a su cuestionable praxis política por Lenin (1870-1924), Stalin (1878-1953) u otros que se puedan tener en la cabeza como muy alejados practicantes de lo que se entiende por ideales democráticos; los teóricamente vigentes en los Estados democráticos y que, por ello, se supone amparan y defienden esos conjuntos de derechos y libertades públicas que gozamos, bien como ciudadanos, bien como agrupaciones sociales y van desde nuestros derechos individuales y políticos a los sociales y económicos y recogen: ora nuestra Constitución, ora el Convenio Europeo de Derechos Humanos, ora la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Así, bien convendría recordar que tales derechos y libertades no son bienes intangibles caídos de celestial mano de dios alguno; que son conquistas humanas en la continua construcción de un mejor mundo, una mejor vida y unos mejores días para todos; que en su mayoría están teñidos del sufrimiento y de la sangre de aquellos que hicieron posible su incorporación a las cotidianas relaciones que hoy mantenemos ya con otros ciudadanos, ya con entidades, ya con el propio Estado. Y de aquí, que también sean tan convenientes la Historia y la propia memoria; pues solo sabiendo y recordando de dónde venimos, qué hemos vivido nosotros, qué nuestros ancestros, podremos reconocer a dónde, acaso sin voluntad alguna, podemos volver por más eufemismos que por los interesados se empleen en las descripciones de los paraísos perdidos y de nuevo prometidos, así como en el señalamiento de los hipotéticos responsables de tal pérdida.

Sí, cuando titulo ‘Un fantasma recorre Europa’, hablo del fantasma del fascismo.

Amén del estado de las cosas en Polonia y Hungría, alarma la victoria electoral de la coalición encabezada por la ultraderechista Meloni y sus Hermanos de Italia. No en vano su lema ‘Dios, patria, familia’, ya vociferado por los fascistas italianos en los años 30 y otros muchos de sus predicamentos.

Acaso sea hora de que, parafraseando al poeta Alberto Vega (1956-2006), no solo los poetas profundicen en la mediocre relación que mantenemos con la realidad que nos rodea y cada cual recuerde quién es, de dónde viene, a dónde no querría (o sí) volver. ¡Ah memoria! ¡Ah conciencia! ¡Ay espejos!

Buena semana hagamos y tengamos. ¡Salud!
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