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Un experto insensato y simple

29/06/2021
 Actualizado a 29/06/2021
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Recientemente el ‘señor experto’ del famoso comité de salud pública que tantos desaciertos ha tenido durante la pandemia china, expresó su ‘atinado’ juicio diciendo: «Cuando se juntan grupos de jóvenes no vacunados sí puede haber transmisión –advirtió Simón–. No estamos lejos del umbral de inmunidad de grupo, pero esos grupos que todavía no están vacunados, si no respetan las medidas de control, pueden enfermar, necesitar hospitalización, acabar en UCI e incluso fallecer. No es lo mismo que fallezca una persona de 95 a una de 20 años, y estamos todavía en ese riesgo. Tenemos que aguantar un poco más». (Publicado en OK Diario del día 15/06/2021)

Nuestra sociedad se ha llenado de expertos como un campo pleno de setas después de una fértil lluvia y claro está también se ha producido el efecto contrario, es decir, que ya nadie cree, por supuesto las noticias gubernamentales, y cada vez menos las contradictorias opiniones y medidas de los supuestos expertos porque los auténticos científicos no proliferan como los hongos y se recatan más en sus opiniones hasta que no se validan por el órgano oficial científico competente y ajeno al trajín político internacional.

La gestión de la pandemia ha sido en general un auténtico tiovivo de equivocaciones, rectificaciones, pasos en falso, noticias basculantes entre el ridículo y el postureo.

También es cierto que ha habido países que desde el principio han tomado el camino de la coordinación entre sanidad y economía porque han elegido personas competentes en estos campos y se han molestado en ir informando y estableciendo medidas racionales, no sofocantes y atentatorias contra la libre circulación de personas y mercancías, así como una actividad comercial e industrial adecuadas.

Algún país que conocemos muy bien se apresuró a aprovechar el tirón del virus chino para imponer una evolución de sociedad poco acorde con los principios democráticos y colocar de rondón algo verdaderamente vomitivo y poco edificante para el futuro de sus generaciones. Hubo confinamiento, estado de alarma, toque de queda, paralización de los sistemas de participación, ausencias dramáticas de las instituciones en lugares especiales donde el virus hizo estragos, manipulaciones, ocultación de información y la ausencia de la verdad en grado elevado.

Algo que nos atrevemos a calificar de descaro político e inaudito en países democráticos y afectos a la Unión Europea.

Hay algo que nunca se perdonará y que caerá sobre ciertos Gobiernos que actuaron con notoria lentitud y poca responsabilidad: la dejadez en la atención a los mayores en residencias y la selección por edad a la hora de ser atendidos en la sanidad porque los respiradores eran para los jóvenes, así como una falta de protocolos seguros para despedir a los seres queridos. También pasará factura la negligencia de no disponer de la atención adecuada a los profesionales de la Sanidad que sufrieron numerosas bajas porque no disponían de los medios preventivos y trabajaron en condiciones penosas, con riesgo de su vida.

Todo eso tendría que haber sido contemplado en los planes del Gobierno con la suficiente antelación dentro de los objetivos reales que tienen que resolver los problemas del pueblo que les vota.

Una vez que pase la pandemia vendrán otras y no habrá planes estratégicos generales de actuación y sí declaraciones de personajes que sólo les preocupa mantenerse en las esferas del poder, como el caso que nos ocupa al principio ,despreciando a las generaciones de mayores que han edificado el país como cuando se afirma que el fallecimiento de una persona de 95 años no es lo mismo que el de un joven de 20 años.

Se nota que no tiene cultura clásica porque entonces sí que rendiría tributo a las personas mayores que han hecho posible un fututo digno con su trabajo para todos aquellos que ahora le desprecian de forma ignominiosa.

Un disparate que en otros países le habría costado la dimisión ipso facto pero que aquí tenemos que soportar día a día en el canuto televisivo aunque no nos merezca ningún crédito ni motivo de atención.
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