Un estudio alerta de la "severa amenaza" del urogallo cantábrico

La mayoría de los 292 ejemplares de la especie se localizan en Castilla y León, en las comarcas de Alto Sil y Omaña, y un 20 por ciento en la vertiente asturiana de la cordillera

Ical
25/01/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Imagen de archivo. | ICAL
Imagen de archivo. | ICAL
Tan solo 292 ejemplares de urogallo cantábrico sobreviven en un área de distribución de 350 kilómetros cuadrados de la Cordillera Cantábrica. Así lo revelan los resultados de la primera estima poblacional de la especie elaborada por el grupo de trabajo que se creó después de la declaración del urogallo cantábrico como especie en situación “crítica” y que este viernes se ha presentado en Oviedo. De estos casi 300 ejemplares, aproximadamente dos tercios corresponden a ejemplares macho y una tercera parte a hembras.

El 79,5 por ciento de los urogallos se encuentra en Castilla y León, distribuidos por las comarcas de Alto Sil y Omaña, y el 20,5 por ciento restante se localiza en la vertiente asturiana, principalmente en el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, mientras que no se han encontrado indicios de presencia en zonas orientales de la cordillera Cantábrica.

Los datos evidencian el estado de “severa amenaza” que atraviesa la especie y la necesidad de reforzar las medidas de conservación por parte de las distintas administraciones, que trabajan ya en acciones sobre el terreno para mejorar la supervivencia de los individuos y en la construcción de un segundo centro de cría en cautividad en León, que se unirá al ya existente en Asturias.

El área de distribución de la especie en primavera, periodo en que se realizó el muestreo, se extiende por aproximadamente 350 kilómetros cuadrados, continuando la tendencia regresiva observada desde las anteriores estimaciones del área de distribución de la década anterior, que no contaban todavía con análisis genéticos. El escaso número proporcional de hembras es igualmente síntoma de una población con problemas de conservación, ya que a pesar de existir un posible sesgo en el hallazgo de hembras durante el censo, resulta inequívoca la escasez de hembras en la población, lo que a su vez evidencia la mayor vulnerabilidad de estas a las amenazas existentes y el condicionamiento que ello tiene sobre la mejora de los parámetros de productividad y crecimiento poblacional.

Esta estima poblacional se ha desarrollado mediante una metodología de muestreo y análisis estadístico empleada previamente para otras especies de fauna amenazada, como el oso pardo o el lobo ibérico, a través de técnicas genéticas de individualización. Los trabajos de campo se concentraron entre abril y junio de 2018, momento idóneo para las prospecciones y recogida de muestras, que fueron posteriormente analizadas en el Laboratorio Central de Veterinaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa), donde se llevaron a cabo lo análisis genéticos.

Finalmente, investigadores del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IREC-CSIC) desarrollaron los modelos estadísticos que han dado como resultado la detección de 292 urogallos, con un margen de error de más o menos 22 individuos.

El estudio, elaborado a partir de análisis genéticos y estimaciones poblacionales basadas en modelos estadísticos, ofrece por primera vez un valor numérico de referencia sobre el cual comparar las tendencias demográficas del urogallo cantábrico y medir las acciones de conservación dirigidas a garantizar la supervivencia de esta amenazada población.

Este censo ha sido realizado por equipos de la Junta de Castilla y León, del Gobierno del Principado de Asturias y del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco). Se ha contado además con la colaboración de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, Fundación Tierra Ibérica, Fundación Oso Pardo, SEO/BirdLife y Tragsatec.

Conservación
Entre las líneas de actuación prioritarias identificadas por el equipo elaborado para el estudio de la especie tras su declaración como crítica, se señaló la necesidad de realizar la estima poblacional pormenorizada que ahora se publica, para evaluar a futuro el efecto que el resto de acciones de conservación tienen sobre el urogallo cantábrico. Ahora, el grupo de trabajo ha marcado dos ámbitos de actuación prioritarios: las acciones sobre el terreno, para aumentar la supervivencia de los ejemplares y su éxito reproductivo, y los trabajos de conservación fuera del lugar.

Ambas líneas de actuación recibieron financiación por parte del Gobierno de España en la última Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, celebrada el pasado mes de junio, que destinó un total de 870.469 euros a la conservación del urogallo cantábrico. Con esta financiación, se están reforzando los trabajos de seguimiento de esta especie a través de la telemetría y valorando las medidas de adecuación del hábitat más efectivas y favorables, entre otras acciones.

La actuación de mayor envergadura en el corto plazo, y la que mayores fondos concentra, es la construcción y puesta en funcionamiento de un segundo centro de cría en cautividad, que se ubicará en León, y que permitirá incrementar las tareas de reforzamiento poblacional. Además de ello, el reforzamiento genético se plantea como una posibilidad para mejorar la productividad y viabilidad demográfica de la población cantábrica.

“Este exhaustivo censo revela la necesidad de que actuemos con urgencia para salvar al urogallo cantábrico. El refuerzo de las tareas de conservación garantizará la supervivencia de una especie emblemática y contribuirá a mejorar la calidad de conservación del conjunto de nuestro capital natural. Tenemos medidas en marcha, existe una buena coordinación entre los equipos y esperamos que, pronto, los datos mejoren. Será una buena noticia para todos”, señaló el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán.
Lo más leído