Un Erasmus a lo rural

Como quien se va a cursar estudios a un país europeo, pero sin salir de España y con tan solo una semana de estancia, Luis llegó desde su pueblo de Aragón, Gelsa, hasta Cabreros del Río para recoger lo que llevan sembrando muchos años en el sur de León

T. Giganto
30/01/2022
 Actualizado a 30/01/2022
La estancia de Luis ha estado auspiciada por el sindicato Ugal-UPA. | L.N.C.
La estancia de Luis ha estado auspiciada por el sindicato Ugal-UPA. | L.N.C.
Cabreros del Río no tiene universidad, ni falta que le hace porque lo que sí tiene son buenos maestros en lo que al campo se refiere. Están curtidos en la experiencia que dan los años de trabajo y tienen un máster que nadie les ha regalado en proyectos que rezuman futuro para un medio rural más sostenible y una agricultura más productiva. Todo ello habilita a esta localidad del sur de León para ser un destino Erasmus aunque a lo rural, una versión agraria del popular programa europeo de intercambio de universidades que no necesita cruzar fronteras ni tampoco un curso entero, pues una semana vale para abrir las miras de los jóvenes agricultores que sacan buen provecho de la experiencia. Al menos así ha sido para Luis Antonio Álvarez, un joven aragonés de 34 años que ha pasado esta semana como Erasmus en Cabreros del Río con el agricultor Héctor Llorente como anfitrión.

Su pueblo es Gelsa, en Zaragoza, desde donde llegó este lunes de la mano del Programa Cultiva, una iniciativa del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que promueve las estancias formativas de jóvenes agricultores y ganaderos en otras explotaciones para poder adquirir y consolidar sobre el terreno conocimientos relacionados con aspectos técnicos y de gestión que puedan aplicar en el desarrollo de su propia actividad agraria. «La experiencia ha sido muy positiva», asegura Luis tras una semana conociendo la agricultura de la Vega del Esla en una explotación «modelo» que es como se denominan aquellas que forman parte del proyecto y que cuentan «con características singulares», como es el caso de la de Héctor. En su caso, la gestión de la explotación, el cooperativismo y la modernización del regadío han sido clave para convertirse en el ‘maestro’ de Luis durante los últimos días y el motivo por el que eligió Cabreros para disfrutar de su estancia formativa.

Este joven aragonés lleva dos años dedicado a la actividad agraria en el valle del Ebro tras coger el relevo de agricultor de su padre. «Yo realmente me quería dedicar a la agricultura pero en su momento mi padre no estaba de acuerdo en que yo apostara por ello. Yo sabía que él no quería que yo tuviera esa vida un poco esclava que es la de la agricultura, pero ha evolucionado en no demasiado tiempo con nuevas herramientas y ya no es tan duro. La agricultura sigue siendo sacrificada y tienes que estar en los momentos más inoportunos a veces, pero es diferente», explica Luis que estudió para ingeniero industrial y pasó por diferentes empresas y sectores, incluso trabajando en el extranjero, para acabar de nuevo en sus orígenes para dedicarse a lo que siempre había querido, al campo.

«Mi padre se jubiló y cogí la explotación tal cual, y entonces vi que no estaba a la última en cuanto a gestión tecnológica y que tenía mucho por mejorar. Por eso lo que quiero es coger ejemplos e ideas de lo que se puede hacer y poder relanzar la explotación de cara a un futuro más halagüeño», cuenta Luis. En la maleta de vuelta a Gelsa, este joven agricultor se lleva con especial admiración todo lo visto en la Comunidad de Regantes de la Margen Izquierda del Porma cuya gestión dista mucho de la que los agricultores de su zona tienen, donde las comunidades de regantes son más pequeñas. «Soy consciente de que nosotros no podemos aspirar a lo que están haciendo ellos, pero sí podemos dar una vuelta de tuerca a lo que estamos haciendo nosotros», incide Luis, que en conversación con Héctor confrontan ideas sobre el regadío, coincidiendo ambos en que su modernización es «clave para el futuro». «Hay que ir buscando modelos más eficientes de regadío y hay que economizar al máximo todos los insumos y también el trabajo, porque somos autónomos y no cobramos por horas pero el tiempo que inviertes es tuyo...», argumenta Luis.

Para Héctor pasar estos días con el participante del Programa Cultiva, que cuenta con la colaboración del sindicato Ugal-UPA en este caso, ha sido también una «buena experiencia», pues han compartido mucho tiempo juntos para analizar el sector primario. En los últimos días han pateado la Vega del Esla pero también se han acercado a otras comarcas como el Páramo y el Órbigo para conocer otros tipos de explotaciones agrícolas. «A mi me pone los dientes largos cuando me cuenta que allí tienen producción de la tierra durante todo el año cosa que yo no puedo hacer aquí por la climatología que tenemos», explica Héctor Llorente. La gestión del agua, la rotación de cultivos, los puntos fuertes y débiles de la PAC, el papel de las universidades y de las administraciones en el desarrollo del sector primario, la importancia del cooperativismo en las zonas rurales, el cambio climático, la normativa, el monocultivo del maíz y sus posibles alternativas, los costes de producción, la propiedad de la tierra... El rato de conversación con Luis y Héctor transcurre por diferentes palos de la agricultura en una conversación apasionada por parte de ambos que demuestran en cada idea expuesta las ganas de darle futuro a la tierra, cada uno a la suya pero sin perderse de vista mutuamente para encontrar en otros territorios ejemplos que adoptar en el propio.

Ahora Luis ya está de vuelta a Zaragoza con la maleta llena de nuevos conocimientos que poner en marcha y sembrar así en las orillas del Ebro un poco de todo lo recogido en la Vega del Esla, donde la universidad está en el campo y tiene futuro.
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