¡Un elefante en el faedo!

Orzonaga vive este sábado la III Cacería del Elefante, la continuación de aquella leyenda de hace un siglo sobre un magnífico ejemplar de tres metros de trompa que fue avistado en el faedo del pueblo, según contaban las coplas de El Tío Faldas. Ahora lo recrean, con armas cargadas de imaginación, concursos y hasta paseos a lomos del famoso elefante

Fulgencio Fernández
13/07/2018
 Actualizado a 17/09/2019
TNT para dar caza al famoso elefante, pocas bromas.|L.N.C.
TNT para dar caza al famoso elefante, pocas bromas.|L.N.C.
Un guaje baja corriendo / para dar aviso al pueblo / que se hallaba un elefante / en la fuente del Faedo». Así empieza le historia. Era1928, ahora hace 90 años, cuando un minero de Robles de la Valcueva, con gran facilidad para reflejar en coplas los afanes diarios, escribió las de ‘El Elefante de Orzonaga’. El niño vio al animal, avisó en el pueblo y los vecinos salieron en su búsqueda armados con singulares herramientas, que también lo cuenta la copla: «Unos iban con cadenas / y otros con forcas de hierro / y el que llevaba el azúcar / era el hijo del pedrero».

En estas fechas en las que se suceden las fiestas medievales, romanas, las recreaciones de batallas... en Orzonaga, pueblo festivalero donde los haya, han apostado por recrear esta leyenda y este mismo sábado se celebra la III edición de la Cacería del Elefante. El humor, el buen humor, y el tono festivo marcan esta cita en la que se invita a quien quiera acudir a participar en una singular cacería, en la que se busca a una leyenda en el corazón del bosque con tiragomas, escopetas de juguete, lanzas de cartón, ratoneras para elefante y azúcar, como manda la copla. Comienza a las 12 de la mañana con una ‘quedada’ en el Campillo para la revisión de las armas que se van a utilizar en esta cacería en la que la única pancarta que aparece es una que reza: «No al maltrato animal». A las 12.30 se recorre el pueblo con los miembros de la batida camino del faedo para regresar con el paquidermo preso. Y, a partir de ahí, baile vermú con El gaitero de Robles, concursos, premios o paseos en el elefante cautivo.

«No es cosa menor» (fin de la cita) el nombre del gaitero de Robles, Miguel Ángel García, pues fue él quien musicó las coplas y las interpretó en varios pueblos de la comarca —además de Orzonaga— hace una década contribuyendo con ello a recuperar primero la historia y a perpetuarla después. El sábado volverá a sonar en las calles de Orzonaga.

¿Y cuál es el origen de las coplas? ya que Manuel Laiz solía convertir en coplas historias con base real, de las que se hablaba en los pueblos. Manuel Laiz apenas sabía escribir y se las dictaba a alguien. La versión más extendida, que defiende El Profe José Ángel, estudioso de todo lo relacionado con estas tierras del Torío, es que «ocurrió que muchos vecinos de Orzonaga bajaron en camión para acudir a una función del circo en León, pero se desató una tormenta tremenda y se suspendieron las actuaciones, al margen de provocarse un gran caos en las carpas. Al los pocos días bajó el chaval de la copla, que estaba guardando las vacas en el faedo de Orzonaga, gritando que había visto un elefante en el monte y empezaron a decir que se habría escapado del circo con la tormenta que se desató, que si… Total, que los vecinos fueron a buscar al elefante o el animal que podría haber visto ‘el guaje’. Y la imaginación y la facilidad coplera de ‘El Faldas‘ hicieron el resto de una historia que sigue viva noventa años después.

Es por ello justo recordar al gran protagonista, El Tío Faldas, Manuel Laiz, un minero que apenas sabía escribir pero con una tremenda facilidad para convertir en coplas los hechos cotidianos, que guardaba en su prodigiosa memoria y luego dictaba a algún amigo. Trabajaba cargando vagones en la línea de baldes de la mina Collín hasta el llamado lavadero de la Hispana.

Todo nació hace noventa años cuando el minero de Robles Manuel Laiz, 'El Tío Faldas', escribió las famosas coplas; en 2009 otro minero de Robles, Miguel, les puso músicaAdemás de esta presencia fantástica en el faedo dejó constancia en otras coplas de otros hechos de la época, así en 1930 recogió el intento del barrio de la Estación de Matallana por convertir la ermita de San Roque de Orzonaga en suya, sin éxito. Así lo llevó a la copla Laiz: «¡Ave María Purísima! / dicen los de La Estación. / ¡Hay que comprar un San Roque! / Pa celebrar la función. // Todos a misa, todos allí,/ a echar responsos a San Roquín./Primero sale Fernando, / que hace señas a Barrón. / Luego salió Teodoro, / cuando Muñiz se acercó. / Moro y el carnicero, / y el otro Nicanor. / Uno faltaba a la lista / y era el vecino Trampón».

Uno de los valores añadidos de las coplas de El Tío Faldas, como se ve en las coplas, es mantener viva la memoria de un buen número de vecinos de aquella época, que en el caso de El elefante debían ser casi todos los del pueblo.
No extraña por ello que en una de las ediciones anteriores de la cacería del elefante del faedo una mujer disfrazada repitiera ante los peligros de las ambestidas del paquidermo capturado: « Mirai que ya os avisó El Tío Faldas».

¡Qué grande Manuel Laiz!

Las coplas del El Tío Faldas

Un guaje baja corriendo
Para dar aviso al pueblo
Que se hallaba un elefante
En la fuente del Faedo.
Pobre elefante que mal lo pasas
Que te amarraron los de Orzonaga (estribillo)
Prepara las municiones
El vecino Baldomero
Y en seguida pasa aviso
A Lanero y a Cachero
(Estribillo)
Bajaba el Falso corriendo
Que no se le veía el pelo
Que le preste una cadena
Al vecino Macareno
(Estribillo)
Unos iban con cadenas
Otros con forcas de hierro
Y el que llevaba el azúcar
Era el hijo del Pedrero
(Estribillo)
Eloy le dice a Avelino
No te metas por ahí
No te vaya a suceder
Lo que con el jabalí
(Estribillo)
Manolín dice: ¡señores!
Nada me extraña la cosa
Que ya en tiempos pasados
Hubo por aquí una mora
(Estribillo)
Cuando llegan al fayedo
Baldomero dice así:
Poco a poco compañeros
Que ya lo siento gruñir
(Estribillo)
Vitoriano el de Llombera
También estaba en la danza
Quiere llevarlo a Llombera
Perteneciendo a Orzonaga
(Estribillo)
Sidoro sube al Mayado
Sidoro baja al Hayedo
No lo pilló por el rabo
Porque le tenía miedo
(Estribillo)
Que pena pasan
Los de Llombera
Que no lo amarran
P’a unas melenas
(Estribillo)
Todas las mujeres van
A preguntar a Pimenio
Y la tía Cachera dice
Si era blanco o era negro
(Estribillo)
No era blanco ni era negro
Color de piel de ratón
Que al hombre más valiente
Le temblaba el corazón
(Estribillo)
Habrá que mandar aviso
A toda casa de fieras
Que si falta un elefante
Está cerca de Llombera
(Estribillo)
Crispín le dice a Marquines
Que color tiene la cosa
Y Marquines le contesta
Tiene tres metros de trompa
(Estribillo)
Pobre elefante
Que tripas tienes
Que te amarraron
Pimenio y Nene.
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