Un ejemplo a tener en cuenta

Manuela López García es una de esas mujeres referencia, de esas mujeres faro

Mercedes G. Rojo
09/03/2021
 Actualizado a 09/03/2021
La escritora berciana Manuela López García.
La escritora berciana Manuela López García.
Ya es 8 de marzo cuando me pongo a cerrar el artículo de esta quincena. Pareciera que los astros se hubieran alineado para ser precisamente en esta fecha que le tocará turno a una publicación en esta sección. He pensado que quizá no fuera casualidad, que las circunstancias me estuvieran pidiendo algo especial, así que –después de darle muchas vueltas, de pensar y repensar a quien elegir para hoy– he decidido darle forma a una reflexión que continuamente gira en mi cabeza, y hacerlo apoyada en una mujer que ya ha estado presente en esta sección pero a la que me apetece recuperar de nuevo. Algunos de los mensajes que me llegan en torno a este día, como actos «vandálicos» tratando de ocultar la presencia de las mujeres y de sus logros en esta sociedad, vienen a refrendar con fuerza esta decisión mientras me pregunto si esos intentos de borrarnos de la realidad de un modo u otro son actos movidos por el odio y la rabia o tal vez por el miedo. En fin, la situación que demuestra por qué hemos de seguir luchando día a día para ser visibles en este mundo que sigue siendo tan injusto con nosotras por mucho que «algunos» se empeñen en decir lo contrario.

Serlo verdaderamente en esta sociedad, buscando en esa visibilidad efectiva un mínimo de trascendencia tanto en el presente como en el futuro, pasa no solo porque se te nombre muchas veces en los medios y en las redes, sino porque se conozca tu biografía (que inevitablemente trasciende a la obra) y el alcance de tu trabajo, y que se tenga en cuenta tu existencia, para que tal vez pueda llegar a ser de faro o modelo de tránsito por los caminos que cada mujer prefiera recorrer a lo largo de su vida; para conocer que es verdad que dichos caminos están llenos de obstáculos, pero que estos pueden salvarse; para hacernos conscientes de que también los sueños pueden en ocasiones hacerse realidad.

Y una de esas mujeres referencia, de esas mujeres faro fue Manuela López García (Manolita López) (Cacabelos 1910-2005). La traigo hoy de nuevo a estas páginas (ya lo hice el 30 de enero de 2018) como protagonista del homenaje que este año, por cuarto consecutivo, rendimos un nutrido grupo de escritoras leonesas a quienes nos precedieron por este mundo de la literatura. La traigo, porque su presencia es tan próxima que de cercana se ha vuelto invisible para las generaciones actuales, desconociendo casi por completo una obra cuya lectura es perfectamente asumible desde nuestra actual realidad. Su poesía muestra la voz de una mujer que amó mucho y sufrió más, la voz de una mujer que fue amiga de sus amigos a quienes quiso, apoyó y admiró a lo largo de la vida; la voz de una gran amante de los niños que quiso desplegar ante ellos todas las caras de la sociedad, las amables y las no tanto; que habló de realidades que hoy siguen estando presentes en nuestro día. Nadie mejor que ella para dar fe del oscurantismo en el que aún se mueven tantas mujeres que caminan por los senderos literarios, pero también por otros senderos artísticos o por cualquiera otro de aquellos en los que como profesionales podemos y debemos estar presentes, ya sea desde la creación, la investigación…, o el desempeño de servicios.

Obligada a no ejercer durante años su magisterio por el pecado de haber soñado con un mundo en el que las mujeres tenían el mismo derecho a la educación (incluso a la universitaria) según las enseñanzas de la Institución Libre de Enseñanza; a relegar sus versos a su más estricta y personal intimidad en un mundo que negaba su propia voz a las mujeres; es cierto que finalmente tuvo una etapa en la que le llegaron los premios, las publicaciones, los reconocimientos… pero ¿dónde ha quedado toda esa obra que debería formar parte de nuestro más enriquecedor patrimonio?.

Así que hoy, 8 de marzo, os invito a volver sobre ella, a descubrirla de nuevo (‘Manuela López García. Una vida, una obra’) y de paso que ello sirva de punta de lanza para acercarnos a cada una de las leonesas que este año han dejado su impronta creativa en torno a su figura y su obra. Porque la visibilidad se logra, impulso a impulso, por pequeño que sea y sin cejar en el empeño. ¡Va por todas!
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