Un deporte que se lleva en la sangre

Pocos deportes se llevarán más en la sangre que la lucha leonesa, o, lo que viene a ser lo mismo, tendrán más sagas de luchadores, apellidos que se repiten de generación en generación, abuelos que han visto luchar a sus nietos, hermanos que se enfrentan entre sí o que coinciden en un corro. El récord pasan por tenerlo los hermanos Escanciano, nietos de Tío Crescencio El Pastor –ya autor de recordadas gestas– que en un corro de los años noventa en su pueblo, Prioro, llegaron a coincidir cinco hermanos en el mismo corro.

Los molineros son la profesión seguramente con más historia en la lucha y así uno de los primeros campeones provinciales, Florencio Díaz, El Molinero de Garrafe, tuvo siete hijos varones y todos ellos luchadores y molineros, repartidos por diversos molinos de la provincia. E ilustres fueron los Molineros de Carbajosa: Emiliano, Elías, Cástor, Patricio y Luis Álvarez, todos ellos excelentes luchadores y los cuatro primeros marcan otro récord pues los cuatro fueron Campeones Provinciales, el título más preciado cuando ellos lo ganaron.

Los Escanciano, nietos del Tío Crescencio, llegaron a coincidir cinco hermanos luchando en el mismo corroUna saga más olvidada pero no menos importante pues obtuvieron notables resultados fueron los hermanos Villayandre, de Castrillo de Porma, muy recordados por los corros y ahora habituales espectadores. En el corro de Boñar coincidieron los cuatro: Alfredo, Néstor, Honorino y Adonis, que quisieron fotografiarse conotra saga, más actual, los nietos de Uco: David, Alberto y Tomasuco.

Otros cuatro hermanos luchadores fueron los González Castro, de Barrillos: David y Paco, los más conocidos; José Antonio ‘El Gicho’ y finalmente Daniel, que fue campeón provincial.

Y Ubaldo y Felipe León; y Cayo y el malogrado Pepín; los tres hermanos de Villarrodrigo con El Helicóptero; los Cerezal de Corcos; Rubén y Javi Ponga; los Oblanca; El Elegante y Héctor, hijo y nieto de Amador; Miguel padre e hijo de Campohermoso; los dos hijos de Heraclio, Álvaro y Senén; los Alvarado....

La lista sería casi eterna.