Un Corpus de sol y solera en Laguna de Negrillos

La popular procesión congregó este domingo a centenares de personas que no quisieron perderse el auto sacramental en el que participa la figura del San Sebastián

T. Giganto
19/06/2017
 Actualizado a 12/09/2019
La procesión de San Sebastián comienza en la Iglesia de San Juan Bautista de Laguna de Negrillos. | MAURICIO PEÑA
La procesión de San Sebastián comienza en la Iglesia de San Juan Bautista de Laguna de Negrillos. | MAURICIO PEÑA
No podía hacer más calor. Tampoco podía haber más ilusión. Toño Tirados esperaba pocos minutos antes de las doce del mediodía de este domingo en el coro de la iglesia de San Juan Bautista de Laguna de Negrillos. Los nervios eran palpables, también la ilusión. Todavía no se había puesto la careta del San Sebastián, pero los apóstoles ya se estaban preparándose. Alguno con los pies desnudos repitió la ofrenda de cada año. Pero la de Toño en este Corpus era un ofrenda nueva, dedicada a su padre. Primaba la fuerza de voluntad y el recuerdo a su primogénito lo recogió su madre, ya muy mayor. Se levantó al paso de su hijo a pesar de la edad y de los achaques cuando este emprendió camino hacia tres hora de procesión con la parsimonia propia del capitán que protagoniza el auto sacramental del Corpus. Y es que en un domingo como este,en Laguna lo que prima es el sentimiento, el apego a una tradición que tiene tanta solera como ilusión con la que lo viven sus vecinos.

Fue allá por el siglo XVII cuando comenzó a representarse en esta localidad del Páramo leonés un auto en el que un capitán reniega de su fe para acabar después arrepentido. Camina ante el Santísimo desafiante, con un andar que poco tiene de sencillo golpeando punta y talón contra un suelo que ni siquiera este año tuvo la tabla que amortigua los golpes de la tradición. Toño Tirados fue el encargado de recrear la figura del San Sebastián, lo hizo tras haber cumplido 54 años, una edad un tanto elevada para lo que acostumbra el rito. No importó el paso de los años de quien iba debajo de la careta. Acabó la procesión triunfante, postrándose ante el Santísimo, corriendo hacia la misma casa de la que partió buscando realizar un sueño que llevaba años acompañándole después de la pesadilla de un accidente laboral. Tradición cumplida, sueño logrado, ofrenda hecha.

El arrepentimiento dio paso a la tradición al ritmo de la dulzaina y el redoblante, con el tañido de las castañuelas de los danzantes acompañando el rumbo de San Sebastián por unas calles adornadas que pasan el resto del año esperando este momento. Porque Laguna de Negrillos conserva como oro en paño una procesión declaradade Interés Turístico y Regional, una tradición que vale tanto por los años que lleva haciéndose como por la pasión con la que se vive en la comarca paramesa.
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