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Un corazón, un árbol

04/12/2015
 Actualizado a 18/09/2019
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La Torre Eiffel se ha convertido en un inmenso árbol contra el cambio climático y es símbolo de la Cumbre de Cambio Climático de París, COP21. La Torre Eiffeles hoy una inmensa obra que su creadora, la artista Naziha Mestaoui ha denominado «un corazón, un árbol». La instalación registra los latidos del corazón de los parisinos, al ritmo de los cuales la semilla se convierte en un árbol virtual. Esta impresionante obra artística nos recuerda que los arboles, los bosques, son una herramienta crucial en la lucha contra el cambio climático.

Los bosques desempeñan cuatro funciones principales en el cambio climático según la FAO. Su primera función es contribuir a casi un sexto de las emisiones de carbono mundial cuando han sido desbrozados, explotados en exceso o degradados. La segunda función tiene que ver con la capacidad de los árboles de reaccionar sensiblemente a los cambios del clima. Los bosques como tercera función producen dendrocombustible que puede ser una modesta alternativa a los combustibles fósiles siempre que hayan sido gestionados de forma sostenible. La cuarta y, última función, está relacionada con su potencial de absorber un décimo de las emisiones mundiales de carbono previstas para la primera mitad de este siglo en su biomasa, suelo y productos y almacenarlos, en principio, a perpetuidad. De acuerdo con la campaña de ‘Mil millones de Árboles’ de la ONU, una hectárea de árboles puede absorber hasta 6 toneladas de dióxido de carbono al año, dependiendo de la especie arbórea, de factores como su edad y del tipo de clima de su hábitat.

La Cumbre de Cambio Climático de París, COP21, llegó por fin. ¿Se conseguirá un pacto mundial para alcanzar la descarbonización del planeta y evitar que la temperatura no se incremente en los peligrosos 2 grados a finales de siglo?. El reto es inmenso sobre todo cuando las evidencias del cambio climático se han multiplicado en los últimos años: aumento de temperatura de 1,02 grados desde la época preindustrial, récord histórico de concentración de CO2 en la atmósfera (400 partes por millón) o el año más cálido de la historia: 2014.

Pero…. ¿los bosques salvarán finalmente al planeta?. ¡No!. La solución definitiva pasaría por reducir drásticamente el consumo de combustibles fósiles para emitir menos CO2. Reducir el consumo sin un cambio del modelo energético implicaría consumir muchísima menos energía. En el modelo actual menos energía significa más recesión económica. Lógicamente la solución pasaría por crear un nuevo modelo económico sensato y consecuente con los límites de la biosfera. Un nuevo modelo con corazón y árboles.
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