A la entrada se presenta un collage sobre la nueva política, con epis, materiales y herramientas que usan los albañiles y trabajadores, representando la «amenaza» para los políticos, porque para el artífice de la muestra, «ésta va a ser la nueva política. Después de lo mal que lo han hecho van a tener que hacerse las manos para dedicarse a estos oficios». Dentro, la exposición se encrudece con otras imágenes, documentos e incluso juguetes, que representan la pederastia y el tráfico infantil de órganos y narcotráfico, que «en realidad es una guerra contra el adrenocromo», explica el artista. Esta parte de la exposición la define como una «sinfonía de una noche de Reyes Magos, en la que los niños, como David Guerrero, Yéremi Vargas o Madeleine McCann, entre otros, no aparecen».
La planta principal no es sino un «viaje hacia la oscuridad» del propio autor. En los muros de esta sala del Casino se exhiben diferentes elementos pictóricos, materiales, documentos, carteles e incluso célebres frases, que abarcan desde el feminismo hasta la religión, el pensamiento del ser humano, individual y colectivo, o de manera explícita, la «maniobra del plan de despoblación mundial, a base de fumigación con sustancias tóxicas». En definitiva, la muestra de este «dj de imágenes y conceptos», es el resultado de una década de investigación y trabajo y un «grito por la supervivencia», porque, afirma, «ya no puedo respirar». Y es que, después de haber formado parte de un sinfín de movimientos, el artista dice estar cansado de etiquetas y pone la mirada en «la vida, que es un ocaso que nos queremos perder. Hay que valorar lo que tenemos, porque es mucho. Hay que luchar por la vida más allá de ideologías y prejuicios, y cuidar la Tierra, nuestro cuerpo…». La exposición todavía será visitable, en horario de tarde, en el Casino de Astorga. Una vez que finalice, el autor ya cuenta con exhibir su trabajo en otros espacios.