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Un cambio de temperamento

02/03/2015
 Actualizado a 14/09/2019
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Hace tiempo que la política leonesa en general y el PP en particular piden a gritos un cambio de rumbo para volver a ser las siglas de referencia para una mayoría –muy notable, por cierto– que está harta de que cualquier decisión, desde las que afectan a las altas esferas del palacio hasta una medida inapreciable con efecto en una junta vecinal de un pueblo perdido en la montaña, fueran tomadas a golpe de puñetazo encima de la mesa. Y casi siempre con rencor y muchas veces con blasfemia de por medio.

Antes de saber que, probable y afortunadamente, el futuro del PP provincial también quede en manos de Silván, me decía un hombre con espolones en asuntos de política y gaviota en el carné desde que empezó a pensar que seguir a Blas Piñar era rancio y ya no le servía para nada, que quién iba a ser candidato a la Alcaldía de La Bañeza y si, al final, van a capitanear la lista los dos señores empresarios cuyo nombre se rumorea en ambientes desde hace tiempo.

Después de compartir una hora de conversación sobre cuestiones de la vida política local y comarcal, y de asegurarme que «como la lista del PP siga siendo impuesta desde León, con estos dos ‘pájaros’ ahí, voto a los socialistas», tengo claro que, aparte de repetir lo que dije hace un par de lunes sobre los resentidos de sus siglas, el PP necesita demostrar antes de pedir el voto que es una casa con un temperamento distinto. Y optar por Silván en León es una buena señal.
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